21 de abril de 2013

Los cuatro altares

Los cuatro altares:


Cuenta la historia de cómo pasar de lo irreal a lo real, de la teoría a la práctica, de la especulación espiritual a la ciencia. De imaginar la felicidad y la plenitud a vivirla. Finalmente, es trascender el vivir soñando un mundo mejor para empezar a crearlo.

“Los cuatro altares” es la síntesis simbólica de un camino que muestra un primer nivel de entendimiento, que incluye desde los primeros pasos, mínimos pero reales que puedes dar en tu camino de evolución -reconociendo en cada uno de los altares las grandes pruebas que te acompañarán toda la vida- hasta lograr la experiencia de la unidad.


Esta ceremonia es una verdadera trasformación. Te da la posibilidad de expandir tu conciencia y alcanzar otros niveles de realidad, de claridad, de bienestar, de armonía, de entendimiento, para llegar a un estado que es propiamente humano, libre de la oscuridad cotidiana de la mente inferior y su consecuente autoengaño y aunque este estado todavía no sea permanente, basta un solo contacto, un solo instante con la conciencia del corazón, para que con toda certeza sepas hacia donde puedes dirigir tu energía por el resto de tu vida. 
Este estado te permite paulatinamente ser más feliz y hacer más feliz a los que te rodean y reconocer en que parte del camino te encuentras para caminar realmente y no solo imaginar que estás caminando.

De todas las ceremonias y diseños que conozco la ceremonia de los 4 altares es una de las más bellas y sanadoras. En ella se honra y se reconoce la relación que tenemos con cada uno de los 4 abuelos (conocidos en occidente como “elementos”).
Si bien en el origen, esta palabra quería referirse a las energías fundamentales, elementales, que dan inicio a la madre materia (Mater), con el tiempo la palabra elemento fue perdiendo su sentido original y ahora nuestra mente la relaciona más a una sustancia química que al espíritu-abuelo que está detrás de cada sagrada dirección.
Así mucha gente intuye ahora –sabiamente- que la relación con la Tierra , el Agua, el Fuego y el Aire es la relación elemental y el fundamento de todas las religiones naturales en el mundo, la verdadera base de todo el conocimiento “chamánico”.
Pero está relación no se construye sobre especulaciones o delirios esquizotéricos, esta relación se reconoce desde la conciencia de la no-dualidad en nuestro día a día.
Ya no debe haber separación de conciencias. Tener una conciencia para las ceremonias y otra para la vida cotidiana.
No visito turísticamente un espacio sagrado durante una ceremonia, VIVO en un espacio sagrado las 24 horas los 365 días.
Querer hacer una relación sagrada con la Tierra o el Agua en una ceremonia mientras que afuera vivo contaminando y ofendiendo a la madre tierra no va a hacer de mi sino un esquizofrénico más, un falso y desquiciado aprendiz de chamán de la nueva era. 
Esta ceremonia de los 4 altares nos da la oportunidad de conocer el espíritu de estos 4 abuelos y aprender que significan y como se conectan y se expresan en nuestra vida cotidiana.
Nos enseña dónde viven dentro de nosotros, cómo nos ayudan y cuáles son las pruebas que nos ponen para nuestro crecimiento.
Nos enseña el camino que nos libera de todos los condicionamientos mentales para llevarnos al centro de nosotros mismos, directo al corazón.
No he visto mayor cantidad de belleza y verdad, reunida en una sola ceremonia y para esto tanto el abuelo Wachuma como el abuelo Jikuri son los maestros perfectos.

Por otro lado, la expansión de la conciencia es un camino en espiral que pasa infinitas veces por cada uno de los cuatro altares (cuatro primeros chakras). 
Recorriendo este círculo sanador vamos expandiendo nuestra conciencia en cada vuelta y comprendiendo e integrando nuevos significados sobre la verdadera función de los centros energéticos.
Muchos sabemos que el primer centro recibe en la India el nombre de Muladhara que literalmente se traduce como chakra raíz o chakra soporte. Significando que en este centro o altar se honra la energía material, lo que nos da soporte, la raíz, el origen. Pero esta “raíz” tiene varias ramas que son justamente las que nos dan soporte, por eso en este altar honramos nuestros orígenes, nuestros ancestros, los padres de nuestros padres.
Nuestro padre biológico y/o el que nos crio, la energía masculina, (la madre es el segundo gran altar). Honramos el trabajo y la creatividad que manifiesta la abundancia en todas sus manifestaciones y al fruto de su aventura: don dinero.
También es el altar del elemento tierra, por lo tanto nuestro alimento y nuestra manera de vivir honrando la tierra es algo de primer orden. No hay excusas. 
No se puede pretender ni en sueños una evolución de la conciencia si se tiene la energía atorada en cualquiera de estas ramas. La energía que asciende y que debe nutrir al ser para su crecimiento no llega con la abundancia necesaria y el crecimiento se hace lento y difícil si la energía no fluye libre por nuestra raíz. 
Presumimos de ser muy espirituales, pero no queremos perdonar a nuestros padres ni dejar nuestros absurdos hábitos alimenticios o cambiar nuestro empleo en la farmacéutica o la minera porque nos pagan muy bien o dejar de consumir muchas cosas que en verdad no son importantes.
Pero mi trabajo no es crear la banda sonora de tu película: “sueño que despierto tomando ayahuasca”
Mi trabajo es recordar que aunque te tomes un barril de medicina no llegarás muy lejos y te seguirás engañando si no aprendes a honrar los cuatro altares, sobre todo en tu vida diaria. 

Ceremonia de los cuatro altares en Barcelona Domingo 19 de Mayo
De: Paola Shenkaya Migoya
Fuente:http://www.facebook.com/photo.php?fbid=243054589165767&set=a.141169716020922.27559.100003836837618&type=1&theater

2 comentarios:

  1. estas palabras son de Alonso del Rio , seria bueno que se especificara esto pues parece como si el autor fuera esta persona Paola que sale al final del texto, tratar una ceremonia tan sagrada con todo el respeto posible asi como a leste guardian me parece indispensable para quien quiera caminar este camino sagrado

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