Emiliano Zapata Salazar nació el 8 de agosto de 1879 en San Miguel Anenecuilco, Morelos y falleció el 10 de abril de 1919 en Chinameca, Morelos. Conocido como el Caudillo del Sur, fue uno de los líderes militares más importantes durante la Revolución mexicana, comandó un importante ejército durante la revolución, el Ejército Libertador del Sur. Formó parte de una familia campesina.
La guerra por parte del gobierno tomó perfiles despiadados en el norte. El gonzalista Jesús Guajardo le hizo creer a Zapata que estaba descontento con Carranza y que estaría dispuesto a unirse a él. Zapata le pidió pruebas y Guajardo se las presento. Acordaron reunirse en la Hacienda de Chinameca, Morelos, el 10 de abril de 1919, pero Zapata murió preso de una emboscada. No pocos condenaron el procedimiento. Además, esto dio lugar a que, una vez muerto, Zapata se convirtiera en el Apóstol de la Revolución y símbolo de los campesinos desposeídos.
El movimiento continuó, aunque en franco declive, y los zapatistas acordaron nombrar a Gilbardo Magaña Cerda jefe del Ejército Libertador del Sur. Él sería el último: casi un año después, los antiguos compañeros de Zapata se integrarían al gobierno aguaprietista, y uno a uno serían asesinados por el mismo gobierno mientras trabajaban para la misma institución.
El cadáver de Zapata exhibido en Cuautla, Morelos el 10 de abril de 1919.Los seguidores de Emiliano Zapata reciben desde entonces el nombre genérico de zapatistas, aunque es muy importante hacer la distinción entre los zapatistas de tiempos de la Revolución Mexicana y los actuales neozapatistas del sur de México.
Hace algún tiempo, se publicó un texto que cuestiona la versión oficial de la muerte de Zapata en la Hacienda de Chinameca. Hasta la fecha no ha habido una respuesta pública, con argumentos, ni siquiera de historiadores profesionales, que refute este cuestionamiento a la versión oficial.
Zapata es el autor de la famosa frase «Es mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado». Dolores Ibárruri, "La Pasionaria", ciertamente la popularizó (al lado de otras frases de Esquilo) en sus discursos durante la guerra civil española.
Fuente: CORRIENTE ROJA DEL STUNAM EN PREPA 8