La población humana está encadenada a un aumento inexorable en este siglo y no variará con facilidad, ni siquiera por eventos apocalípticos como una tercera guerra mundial o una pandemia letal, de acuerdo con un estudio.
No existe ajuste rápido a la bomba de tiempo demográfica, porque el número de humanos se ha elevado a un punto en el que tiene impulso propio, que no puede ser afectado en forma significativa ni siquiera por desastres globales inimaginables, concluyen científicos.
Si bien las medidas diseñadas para reducir la fertilidad en las partes del mundo donde el crecimiento demográfico es más rápido tendrán impacto a largo plazo, esto tiene que ir de la mano con políticas orientadas a reducir el consumo de recursos naturales, advierten.
En la imagen de arriba: Los números que cifran la población mundial hasta el año 2005, ya marcaban una franca tendencia a la alza desde ese entonces a pesar de haber sufrido significativos desastres. Se estima que para 2100 habrá en el orbe 25 mil millones de personas, aunque esto se basa en las tasas actuales
Dos ecologistas que normalmente estudian poblaciones animales en libertad han concluido que el número actual de personas en el planeta representará uno de los problemas más desafiantes para la vida sostenible en los próximos cien años, aun si todos los países adoptaran una política draconiana de un hijo por pareja. El impulso demográfico inexorable de la población humana erosiona con rapidez el sistema de sostenimiento de vida de la Tierra, observan los profesores Corey Bradshaw, de la Universidad de Adelaida, y Barry Brook, de la Universidad de Tasmania, en un estudio publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Tendencias de reducción de la mortalidad
Asumiendo que continúen las tendencias actuales de reducción de la mortalidad, hasta una rápida transición hacia una política planetaria de un hijo por pareja conduciría a una población similar a la actual hacia 2100, aseveran. Incluso un evento de mortandad en masa, de 2 mil millones de muertes en una ventana hipotética a mediados del siglo XXI, produciría alrededor de 8 mil 500 millones de personas en 2100.
La población actual de la Tierra es de unos 7 mil 100 millones, y los demógrafos estiman que este número se elevará a unos 9 mil millones hacia 2050 y hasta 25 mil millones en 2100, aunque esto se basa en las tasas actuales de fertilidad, las cuales se espera que caigan en las próximas décadas.
El profesor Bradshaw declaró a The Independent que el estudio se diseñó para evaluar las cifras de población humana con la visión de un ecologista que estudia los impactos de la naturaleza sobre los animales, para determinar si factores como pandemias y guerras mundiales pudieran tener una influencia dramática en las proyecciones.
En esencia encontramos que la población humana es tan numerosa que tiene impulso propio. Es como un auto que corre a 240 kilómetros por hora: se puede pisar el freno, pero le lleva un rato detenerse, explicó Bradshaw.
Examinamos diversos escenarios de cambio en la población humana de aquí al 2100, ajustando las tasas de fertilidad y mortalidad para determinar la gama plausible de magnitud de población hacia el final del siglo. Incluso una política de un hijo por pareja, como la de China, en todo el planeta, aplicada en el próximo siglo, o eventos de mortandad catastrófica como un conflicto global o una pandemia, darían un resultado probable de entre 5 mil y 10 mil millones de habitantes en 2100, añadió.
Los investigadores idearon nueve escenarios que podrían influir en la cifra de humanos este siglo, que van desde actividad normal con las tasas de fertilidad existentes hasta una improbable política de un hijo por familia en todo el mundo, o a catástrofes mundiales en las que perecen miles de millones.
Nos sorprendió que un escenario de tercera guerra mundial de cinco años, que imitaba la misma proporción de muertos de la primera y la segunda Guerras Mundiales combinadas, apenas registró un parpadeo en la trayectoria de la población humana en este siglo, comentó el profesor Brook.
Las medidas de control de la fertilidad mediante las políticas de planeación tendrán impacto a la larga en reducir la presión sobre los limitados recursos, pero no de inmediato, precisó. Nuestros tatara-tara-taranietos podrían resultar beneficiados con esa planeación, pero no los pobladores actuales, advirtió. Simon Ross, jefe ejecutivo de la organización filantrópica Population Matters, expresó que introducir la planeación familiar moderna en el mundo en desarrollo costaría menos de 4 mil millones de dólares, que es como la tercera parte de lo que el Reino Unido destina a ayuda a países en desarrollo cada año.
Así pues, si bien la reducción de la fertilidad no es un ajuste rápido, es relativamente barato, confiable y popular con la mayoría, con efectos positivos en general, manifestó.
No existe ajuste rápido a la bomba de tiempo demográfica, según investigación. Las medidas para reducir la fertilidad tienen que ir de la mano con políticas orientadas a disminuir el consumo de recursos naturales, advierten científicos
Así pues, si bien la reducción de la fertilidad no es un ajuste rápido, es relativamente barato, confiable y popular con la mayoría, con efectos positivos en general, manifestó.
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