Cuando empezó hundirse el expediente fabricado en la PGR contra el
general Tomás Ángeles Dauahare, los primeros en intentar salvarse del
naufragio fueron el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna,
y la procuradora general Marisela Morales: Citaron a la esposa del
militar para negar su participación en la oscura maniobra. Pero los
documentos del proceso judicial y diversos testimonios señalan hacia
ambos exfuncionarios.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- En algún día de
junio o julio de 2012 la señora Leticia Zepeda fue citada a las
oficinas del secretario federal de Seguridad Pública, Genaro García
Luna.
Semanas antes su esposo, el general de división Tomás
Ángeles Dauahare, había sido detenido por la Policía Judicial Militar en
la entrada de la unidad militar ISSSFAM en la delegación Tlalpan, donde
tiene un departamento. El general Ángeles, quien fue subsecretario de
la Defensa, era acusado de delincuencia organizada junto con otros cinco
militares: Roberto Dawe, Ricardo Escorcia, Rubén Pérez, Silvio Isidro
de Jesús Hernández e Iván Reyna. Supuestamente colaboraban con la
organización de los Beltrán Leyva y con el Cártel de Sinaloa.
La
reunión se llevó a cabo en las oficinas de García Luna, en la avenida
Constituyentes. En la sala destacaba un enorme escritorio. De acuerdo
con la información recabada y verificada por este semanario, en la
reunión estuvieron presentes la señora Zepeda, su abogado Ricardo
Sánchez Reyes Retana, el titular de la SSP y el abogado de éste, Alonso
Aguilar Zinser.