- Tu calidad de vida mejora extraordinariamente, retrasando el envejecimiento y aumentando tus posibilidades de desarrollo como persona móvil e independiente.
- Fortalece tu organismo. Hace que estés más alerta, con más equilibrio y que tengas un tiempo de reacción complejo más eficiente y rápido, por lo que las caídas y golpes se reducen.
- En el agua tus músculos trabajan de cinco a seis veces más que en tierra firme, debido a que en el medio líquido encuentran mayor resistencia al movimiento, sin embargo el impacto es mínimo. El esfuerzo que tienes que hacer para moverte en el agua es mucho menor porque el cuerpo pesa menos.
- Aumenta tu masa muscular y la tonifica, alarga tus músculos, les proporciona fuerza y armonía y mejora tu silueta. Si estás buscando bajar peso o mantenerlo, debes saber que nadando unos cuarenta minutos, puedes quemar alrededor de 500 calorías.
- Aumenta el grosor de tus huesos, haciéndolos más resistentes a golpes y lesiones.
- Dentro del agua tu cuerpo adquiere mayor movilidad y elasticidad. La natación te permite ejercitar las articulaciones, aumentando su flexibilidad y el rango de movimiento.
- Favorece la actividad del sistema cardio-respiratorio. Con la práctica, irás mejorando la coordinación de tu respiración y tus movimientos.
- Es un ejercicio inigualable para tu espalda. Aumenta la flexibilidad de la columna y elimina los dolores. Con la natación, el agua te proporciona un excelente masaje circulatorio por todo el cuerpo.
- Es un ejercicio descontracturante, que te proporciona energía, al mismo tiempo que te permite liberar estrés.
- La natación también es un ejercicio de relajación, bueno para tu cuerpo y para tu mente. Prueba a tumbarte boca arriba sobre el agua y deja que tu cuerpo relajado flote un instante, ¡es una maravilla!
Consejos:
- Recuerda consultar con tu médico, antes de iniciar la práctica de cualquier deporte.
- Un curso de natación te ayudará a realizar bien el ejercicio y a coordinar la respiración y los movimientos para sacar el máximo rendimiento y no cansarte.
- Si tienes los oídos sensibles, protégelos con tapones de cera aislante.
- Evita los cambios bruscos de temperatura.
- Si acudes a instalaciones deportivas, utiliza zapatillas de goma y gorro.
- Como con todos los ejercicios aeróbicos, comienza poco a poco y ve aumentando el tiempo y el ritmo. 30-40 minutos, tres días a la semana te reportará todos los beneficios de este magnífico deporte. La regularidad y la constancia son tus aliadas.
Por: Sara Mariner Ferrís