Si hay dependencia, el temor al abandono se manifiesta permanentemente. Si hay amor uno no tiene miedo a perder a la persona amada.
En la dependencia son comunes los celos incontrolados e irracionales. En el amor no hay celos infundados.
En la dependencia los sentimientos de inseguridad crecen como la espuma. En el amor la autoestima se fortalece.
En la dependencia el “yo” se desvanece en los requerimientos del otro hasta perder la propiaesencia. En el amor puedo seguir siendo “yo”, con mis intereses, gustos y necesidades en pleno funcionamiento.
En la dependencia hay tristeza y estrés. En el amor hay alegría.
Si te dejaron de amar, asume que no hay nada que hacer, saca a pasear la dignidad y no te humilles jamás. Si te lastiman o maltratan será que no te merecen. Si no sabes si te aman, olvida esta relación, a los enamorados de verdad no hay que convencerlos de su amor. Hay que practicar el realismo afectivo: no dejar que el amor adicto te arrastre a la irracionalidad, descartar el autoengaño y descartar la esperanza inútil, la que nos aleja del aquí y del ahora.
Lo que nos hace inmunes a la adicción afectiva es explorar el mundo buscando otras fuentes que nos hagan sentir llenos, hacernos cargo de nosotros mismos y exaltar la autonomía, darle un sentido a la propia vida y potenciar el crecimiento personal y la vocación.
~ Walter Riso
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