4 de junio de 2013

Conoce a tu niño interior


¿Sabías que todos tenemos un niño que habita en nuestro interior durante toda la vida? ¿Sabías que este niño, nos influye cuando somos adultos? Restablecer el contacto con nuestro niño interior es fundamental para llevar una vida plena en el presente. Nuestro niño interior es una metáfora para definir nuestra parte auténtica, nuestra esencia, nuestro verdadero ser o por otro lado esa parte de nosotros que necesita atención, aprecio, afecto, aceptación tal cual somos y que nos hace sentirnos vulnerables, pequeños y asustados. ¿De qué manera podemos conectar con nuestro niño interno?
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Si nos remontamos a la niñez y describimos esa maravillosa etapa -- en la cual establecemos los cimientos para el resto de nuestra vida -- recordaremos que éramos más ingenuos, teníamos mayor capacidad de asombro, solíamos ser emotivos, más flexibles, elásticos, juguetones, sinceros, sin preocupaciones, sin dramas ni complejos y sobretodo vivíamos en el presente.

Cuando empezamos a crecer, como esponjas absorbemos cantidad de información que va sumando a nuestra mochila de experiencias y que va dejando huella, caminando hacia la adolescencia y hacia la adultez.

Nuestras experiencias pasadas nos influyen en el presente

Todos fuimos niños una vez, y aunque parezca extraño, todos conservamos dentro nuestro a ese niño que un día fuimos. Ese niño, sigue en nosotros lo queramos o no y nos condiciona e influye en nuestro presente.
Preguntas como: ¿Qué tipo de niño fuiste en tu infancia? ¿Qué recuerdas de esos años? Estas preguntas te pueden dar pistas de cuál es tu relación actual con ese niño que vive en ti. Puede que a ese niño le hirieran, le hicieran daño, se burlaran de él, o sintiera mucho dolor. En ese caso, si no lo has resuelto, esos sentimientos siguen ahí escondidos, esperando salir. Puede que por el contrario, fuera un niño demasiado "adulto" para su edad, y en seguida, olvidara la infancia, y el divertirse por divertirse. O puede que te guste tanto tu infancia, que todavía no hayas logrado salir de ella, a pesar de que hayan pasado los años. En cualquier caso, todas las experiencias nos influyen en el presente en forma de imágenes, y de creencias que tenemos muy arraigadas dentro nuestro. Al final, no somos muy diferentes los unos de los otros, todos, tanto en nuestra infancia, cómo en nuestra adultez anhelamos profundamente ser amados y aceptados por los ojos de los otros. Y sobretodo, nuestras experiencias relacionadas con el amor, la aceptación, el rechazo y la violencia en la infancia nos marcan a lo largo de nuestra vida. A pesar de que la huella siempre estará, qué hacemos con esas experiencias y cómo elegimos afrontarlas sólo depende de nosotros.

"Nunca es tarde para tener una infancia feliz" Milton Erikson

Podemos regodearnos en el dolor, en lo mal que lo pasamos y en lo infelices que fuimos, o aprender de la experiencia y ver qué sacamos como aprendizaje de aquello que nos dolió y nos fue difícil.

Conectando con nuestro niño interior

Algunos sabemos que nuestro niño está ahí porque hemos aprendido a comunicarnos con él pero otros lo hemos aparcado en un rincón de nuestro cuerpo y no hemos querido saber nada más de él. Incluso hay personas que por necesidad, nunca lo han dejado ir, y son adultos “aniñados”, que no pueden asumir responsabilidades y están instalados permanentemente en el niño. Nuestro auténtico ser, el que verdaderamente somos y hemos sido siempre vive dentro de nosotros a través del niño que fuimos y que aún somos y quiere poder manifestar su naturalidad, espontaneidad, curiosidad, y libertad. Pero como adultos muchas veces no le dejamos. Se nos dice que cuando llegamos adultos, "hemos de ser responsables", "no hemos de hacer tonterías" y poco a poco, el sistema social y escolar nos va apagando nuestra creatividad como si fuera una luz que se va consumiendo lentamente.

Muchos adultos, debido a que hemos sufrido mucho en nuestra infancia, preferimos no volver a ella, pero mientras no aceptemos a ese niño que hay en nosotros no funcionamos como seres plenos, autónomos, confiados e independientes. Conectar con ese niño que hay en nosotros puede despertar heridas no sanadas de nuestro pasado. Pero, es inevitable: si quieres avanzar en tu camino, debes escuchar al niño o la niña que un día fuiste y que todavía, te aseguro, existe dentro de ti. Ese niño simpático, alegre, jovial, capaz de divertirse, pero que también en muchas ocasiones sufrió por algo que le hicieron, le dijeron; que no fue tan agradable y que marcó su vida, pero que a la vez, a través de los años, bloqueamos esos recuerdos por lo que nos duelen.

Si escuchas lo que ese niño o niña tiene qué decir, desde el alma, créeme que tus ojos brillarán diferente. Si bien el pasado no lo podemos cambiar, ni cómo reaccionamos en aquel momento --haciendo lo mejor que podíamos--, sí podemos avanzar y reconocer, sanar sobre todo lo que nos afectó y seguir adelante.

Por ello es de vital importancia abrazar y sanar a nuestro niño interior para confiar en el amor y poder tener una vida plena en el presente habiendo sanado nuestro pasado.

El niño es la parte auténtica, y la parte auténtica en nuestro interior es la que sufre porque quiere salir. Nos ponemos máscaras, que impiden ver nuestro ser auténtico y nuestra parte espontanea que lucha por salir a flote día a día.

"El amor a uno mismo es el amor a nuestro niño interior, por esa parte natural de uno con la que nacemos antes de que nos metan la cultura en la cabeza. Es un deseo de felicidad instintivo". Claudio Naranjo.

La cosa es que lo que nos afecta en la etapa de la niñez, nos repercute toda la vida y si aprovechamos el contacto que podemos tener con nuestro niño interno, podemos sanar muchas situaciones, entender y avanzar con más seguridad y confianza por la vida. Cuanto más conozcamos ese niño herido, y aprendamos a acogerlo y a sanarlo, más podremos ser capaces de conseguir que esta parte de nuestra personalidad trabaje a nuestro favor en lugar de perder energía peleándonos con ella cada día.

Con la experiencia y la capacidad que ahora tenemos podemos aprender a escucharle, abrazarle, acoger sus emociones y ponerle límites saludables a sus reacciones y comportamientos.

Durante el mes de Julio realizaré un taller sobre El niño interior en el centro de Psicología Granollers. Estad atentos, si os interesa esta temática porque fomentaremos ejercicios, visualizaciones y movimientos para poder conectar con él y poder sanar las viejas heridas que nos atormentan.

¿Estás dispuesto a volver a conectar con tu niño interior y aceptarle tal cómo es?


Adriana Reyes
Psicoterapeuta integradora
Psicóloga Col. 19.831

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