Manuel Cossío Ramos.
Foto: YouTube.com
Foto: YouTube.com
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Hace casi un año, el 18 de junio del
2012, un joven que se decía estudiante de la Universidad Iberoamericana,
epicentro de las protestas contra Enrique Peña Nieto que dieron origen
al movimiento #YoSoy132, difundió un video para acusar a algunos líderes
estudiantiles de estar “cooptados por Andrés Manuel López Obrador”.
Ese
joven “decepcionado” con el movimiento de estudiantes era Manuel Cossío
Ramos. Ahora se sabe que es director de Información de Fuentes Abiertas
–dedicada a infiltrar movimientos sociales para dividir y espiar a sus
dirigentes– del Centro de Información y Seguridad Nacional (Cisen). Su
sueldo es de 171 mil 901.34 pesos, según los documentos a los que tuvo
acceso la revista Contralínea. Su jefe inmediato es Gerardo
García Benavente, coordinador general de Inteligencia, que le reporta a
Eugenio Imaz Gispert, director general del Cisen.
La revelación de Contralínea vuelve
a abrir la caja de Pandora sobre uno de los episodios más claros de
“guerra sucia” a través de YouTube y otras redes sociales contra el
movimiento #YoSoy132, contra algunos de sus integrantes como Saúl
Alvídrez, entonces representante del colectivo del Tecnológico de
Monterrey campus Santa Fe, a quien Cossío grabó y editó sus
declaraciones para “probar” que recibía apoyos de Marcelo Ebrard, exjefe
de Gobierno capitalino, del actual senador perredista Alejandro
Encinas, y del productor televisivo Epigmenio Ibarra.
La denuncia de Cossío, redactada en el war room (cuarto
de guerra) de la campaña priista, no tenía ni pies ni cabeza. Sin
embargo, los medios cercanos a la campaña de Enrique Peña Nieto lo
divulgaron como una “prueba” de que el #YoSoy132 estaba manipulado por
el candidato presidencial del Movimiento Progresista. El PRI, bajo la
dirección de Pedro Joaquín Coldwell, emitió días después un boletín para
acreditar las palabas de quien ya trabajaba para el Cisen, de acuerdo a
testimonios confidenciales de quienes trabajaban en el organismo de
espionaje e inteligencia política del régimen.
“Está medio loco”,
dijo en su momento Jesús Zambrano, dirigente nacional del PRD, para
desacreditar a Cossío Ramos. El perredista recordó el episodio del 2006,
cuando Cossío embistió un campamento del plantón lopezobradorista en el
Paseo de la Reforma. Incluso quiso golpear con un bat a algunos de los
asistentes.
No era locura, era provocación perfectamente
planificada. Para entonces, Cossío Ramos, sobrino del ministro de la
Suprema Corte, José Ramón Cossío, ya se dedicaba al “coyotaje de marcas
en páginas web”, según acreditó otro video subido a YouTube por el
colectivo de ciberactivistas Anonymous.
Cossío Ramos se
acercó a los jóvenes del #YoSoy132 haciéndose pasar como empresario de
la industria web, dueño de Global Star 360.com y Protege tu Marca.com y
“especialista en propiedad industrial”, según testimonios de distintos
integrantes del movimiento estudiantil. Su objetivo fue quedarse con el
dominio de la página web www.yosoy132.com.
Antes
de acercarse a los estudiantes, Cossío Ramos participó en la
organización no gubernamental fundada por el hijo del expresidente
Carlos Salinas de Gortari, Emiliano Salinas, para difundir “la paz” y
los cultivos alternativos entre comunidades indígenas.
En
particular, utilizó sus pláticas con Saúl Alvídrez, estudiante del
Tecnológico de Monterrey, para exhibir el supuesto vínculo del #YoSoy132
con el perredismo. Alvídrez no tenía ningún antecedente perredista. Fue
alumno lasallista de Chihuahua. Participó en la organización no
gubernamental Nuevo Proyecto, dedicada a ayudar a los habitantes de las
periferias de la capital chihuahuense.
En 2007, Alvídrez se
trasladó al Distrito Federal e ingresó como alumno del Tecnológico de
Monterrey. Antes de la irrupción del #YoSoy132 participaba en el
proyecto de información alternativa “México, Ahora o Nunca”. Se integró
al movimiento y participó en las convocatorias para integrar a
estudiantes de otras universidades privadas, distintas a la Universidad
Iberoamericana, en las marchas del 18 y 23 de mayo de 2012.
Cossío Ramos se hizo pasar como su amigo. Se ofreció a ayudar para manejar y difundir en páginas on line y
en las redes sociales todo lo relacionado con el #YoSoy132. En otras
palabras, quería tener el control del corazón cibernético de un
movimiento que surgió en Internet y se convirtió en la principal amenaza
para la candidatura (y la presidencia) de Enrique Peña Nieto.
No
sólo Cossío Ramos estaba infiltrado en el #YoSoy132. Los estudiantes de
la Universidad Iberoamericana y otros integrantes del movimiento
comenzaron a ver que hasta algunos profesores que se acercaron a ellos
tenían el mismo perfil: agentes del Cisen. Esa es parte de otra
historia.
Fuente: Proceso, publicado por. Jenaro Villamil.
Fecha de publicación. 2 de Junio de 2013
Dirección de la nota: http://www.proceso.com.mx/?p=343793
No hay comentarios:
Publicar un comentario