¿Que más natural que vivir en condiciones en donde la naturaleza es la que domina los destinos de una población en donde la acelerada vida urbana no se encuentra ni por asomo cerca a varios kilómetros a la redonda?, lo que es más, aún los radios, televisores o automotores no se han inventado. imaginemos que por tan sólo por una sola ocasión tuviéramos la oportunidad de estar de visita en la Europa de 1347, los cielos limpios de smog, los ríos cristalinos los fantásticos campos eran como sacados de un cuento, la época era en aquél entonces más sencilla... sólo en apariencia, el promedio de vida en ese entonces era de 30 años, de modo que conocer a alguien mayor a esa edad ya era de hecho ya algo raro. No obstante el escenario estaba listo para un desastre del que hasta la fecha no se tiene el registro exacto de a cuanta gente sufrió por la pandemia acaecida en esa región del planeta. El desconocimiento de las medidas elementales de sanidad, la carencia de los estudios que pudiesen prevenirlos de los días oscuros que se avecinaban y sus pobres referencias en la medicina eran apenas unas cuantas herramientas que les venían de mucho tiempo atrás de cuando los griegos hicieron sus dictámenes en estos renglones, eran de momento lo más aceptado como la verdad a seguir; La investigación académica ahí se encontraba semi-paralizada.
Por entonces había otras enfermedades endémicas que azotaban constantemente a la población, como la peste, la disentería, la gripe, el sarampión y la lepra, la más temida. Pero la peste tuvo un impacto pavoroso: por un lado, era un huésped inesperado, desconocido y fatal, del cual se ignoraba tanto su origen como su terapia; por otro lado, afectaba a todos, sin distinguir apenas entre pobres y ricos
Grabado del siglo XV titulado "Las ratas devoran a un difunto" de la colección del museo Condé de Chantilly, Francia. La población de Europa pago un precio muy alto debido a la ignorancia.
Sobre el origen de las enfermedades contagiosas circulaban en la Edad Media hay explicaciones muy diversas, desde una en donde la caza de los gatos que eran en aquel entonces asolados por una creencia religiosa en donde les vinculaban con el diablo lo que provocó la propagación desmedida de ratas, hasta algunas, heredadas de la medicina clásica griega, atribuían el mal a los miasmas, es decir, a la corrupción del aire provocada por la emanación de materia orgánica en descomposición, la cual se transmitía al cuerpo humano a través de la respiración o por contacto con la piel. Hubo quienes imaginaron que la peste podía tener un origen astrológico –ya fuese la conjunción de determinados planetas, los eclipses o bien el paso de cometas– o bien geológico, como producto de erupciones volcánicas y movimientos sísmicos que liberaban gases y efluvios tóxicos. Todos estos hechos se consideraban fenómenos sobrenaturales achacables a la cólera divina por los pecados de la humanidad.
La peste, según el autor árabe Ibn al-Wardi, pudo tener origen en el «País de la Oscuridad», el kanato de la Horda de Oro, en territorio del actual Uzbekistán. Desde los puertos a las zonas interiores, la terrible plaga procedente de Asia se extendió por toda Europa en poco tiempo, ayudada por las pésimas condiciones higiénicas, la mala alimentación y los elementales conocimientos médicos.
Hoy de vuelta al presente en cambio el avance es de tal magnitud que el promedio de vida ya lo situamos por encima de los 70 años y se sigue incrementando, no hay medicina ni alimento seguro, de hecho un shock anafiláctico con mayor frecuencia, es el resultado de reacciones inmunológicas a los alimentos, medicamentos y picaduras de insectos, llegando incluso a causar la muerte misma, esto es muy raro pero llega a ocurrir. Recomendar el no visitar al médico, o dejar de lado los avances farmacológicos pueden en buena medida hacernos retroceder de momento en el tiempo, en la Europa medieval tuvieron que pagar un precio muy alto para dar con la solución, hoy esos mismos padecimientos se logran ver pero a menor escala en poblaciones a donde los servicios de salud no llegan, condenando a quienes no reciben una medicina a los efectos de la difteria, al tétanos a la rabia... la lista es amplía, un sencillo análisis de sangre o una segunda opinión médica puede ser la diferencia, nunca se queden con una sola opinión si es que esta no les da la certidumbre que necesitan, los doctores pueden equivocarse, son humanos, y de igual manera es nuestra la responsabilidad de cuidar de nuestros cuerpos y los de quienes más queremos. Si fuera la intención de acabar con la población masivamente ya lo hubiesen conseguido y por procesos indoloros y más veloces y significativamente más baratos, basta con ocupar algún arma no convencional para conseguir diezmar a la población de una ciudad entera. El desconocimiento del contenido de una medicina se soluciona investigando, cuestionando las fuentes y cruzando la información, hasta que tengamos la seguridad de que tenemos todas las cartas sobre la mesa y no solo conformarnos con un incompleto juicio cobijado por nuestros ideales que pudieran ser mejorados. Por último dos cosas, no encuentro en la página de la CDC en donde diga con toda claridad que la apruebe la inclusión de elementos dañinos en las vacunas, termino con esto ¿hay alguno de ustedes que no haya recibido vacuna o medicina alguna en su vida?. Creo en la diversidad de la opinión pero cuando nos vamos al campo de la medicina me parece que tales afirmaciones aventuradas pueden hacernos objeto de algo que cuando menos puede llegar a ser calificado como poco responsable.
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