Los mexicanos confían más en la fe, en la magia y en la suerte que en la ciencia. La mitad de los ciudadanos asevera que debido a sus conocimientos los investigadores son peligrosos y afirma que el desarrollo científico genera una vida artificial y deshumanizada. Muchos creen en los poderes síquicos y una inmensa mayoría considera que las limpias, la homeopatía y la acupuntura son opciones para aliviar de enfermedades que la ciencia no reconoce.
Don Gregorio García Díaz, ahuizote mayor de Xalatlaco, estado de Mexico, realiza una limpia con huevo criollo en el patio de su casa. Según la tradición del pueblo, los ahuizotes, hombres y mujeres, que lograron salvar la vida después de que les cayó un rayo, tienen el poder de controlar el clima. Foto José Carlo González
Así lo muestran los resultados de la más reciente Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México 2011 (Enpecyt), elaborada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
No se trata de que seamos 120 millones de científicos, sino que la población comparta el valor de la ciencia y sepa que el científico, el médico, el ingeniero cuentan con suficiente información para apoyarlos a mejorar su desarrollo. Enrique Cabrero Mendoza, Director general del Conacyt,
Al referirse a estos datos, el director general del Conacyt, Enrique Cabrero Mendoza, aseveró que si bien las tradiciones, creencias y la vida espiritual de pueblos y personas deben conservarse, problemáticas como enfermedades, contaminación ambiental y conflictos sociales, entre otras, deben ser resueltos con base en el conocimiento científico.
Entrevistado en la sede de la Academia Mexicana de Ciencias, el científico y hoy funcionario indicó que todos los pueblos tienen su propia historia y tradiciones, lo que es sano para la humanidad; sin embargo, la enfermedad hay que atenderla con un médico y lo más pronto posible; el agua hay que mejorarla con tratamientos científicos, y la educación hay que orientarla a través de los valores intelectuales y de la ciencia.
De no hacerlo, los mexicanos continuarán flotando durante muchos años esperanzados en que la magia resuelva parte de los problemas.
Los datos de la Enpecyt asientan que 72.59 por ciento de las personas consultadas confía demasiado en la fe y muy poco en la ciencia; 79 por ciento asegura que la aplicación de la ciencia hace que el modo de vida cambie demasiado rápido, y 72.24 por ciento reconoce la acupuntura, la quiropráctica, la homeopatía y las limpias como medios para el tratamiento de algunas enfermedades.
El estudio se aplicó con la metodología del Inegi en 3 mil 200 viviendas distribuidas en 32 áreas urbanas de México (mayores a 100 mil habitantes), con entrevistas personales a ciudadanos (de 18 a 98 años de edad) elegidos de manera aleatoria; la muestra es representativa del total de habitantes.
La intención de la encuesta es conocer el grado de involucramiento de los mexicanos en ciencia y tecnología, así como el acceso a los nuevos descubrimientos en la materia, y con ello poder coadyuvar a diseñar nuevas políticas públicas sobre esos rubros.
La encuesta arrojó que 55.67 por ciento de los consultados considera que debido a sus conocimientos, los científicos tienen un poder que los hace peligrosos, y 55.39 por ciento sostiene que el desarrollo científico y tecnológico originan una manera de vivir artificial y deshumanizada.
Casi 30 por ciento de los encuestados cree que existen números de la suerte, 33.53 por ciento asegura que los objetos voladores no identificados (ovnis) reportados son vehículos espaciales de otras civilizaciones y 40 por ciento afirma que algunas personas poseen poderes síquicos.
En cuanto a los conocimientos generales sobre ciencia y tecnología, los resultados fueron los siguientes: 85.2 por ciento asegura que el centro de la Tierra es muy caliente, 7.99 dice lo contrario, mientras 6.81 lo desconoce.
Al ser interrogados sobre si el gen del padre decide el sexo de un bebé, 63.78 por ciento señala que es cierto, 25.76 dijo que es falso y 10.46 dijo que no lo sabe; 42.86 por ciento está seguro de que los electrones son más pequeños que los átomos, 24.17 considera lo contrario y 32.98 lo desconoce; a la pregunta de si el universo fue creado tras una gran explosión, la mayoría (58.77 por ciento) dice que sí, 22.62 que no y 18.61 no lo sabe.
Al opinar si los seres humanos de hoy se desarrollaron a partir de la evolución de otras especies animales, 59.39 por ciento dice que sí, 29.69 que no y 10.92 no tiene idea; 37.55 por ciento de los encuestados cree que los primeros humanos vivieron en la misma época que los dinosaurios; 16.42 señala que la Tierra da la vuelta al Sol en un mes y 34.06 asienta que el sonido viaja más rápido que la luz.
El director del Conacyt sostuvo que se necesita impulsar estrategias para transformar la percepción de la ciudadanía respecto de la importancia de estos rubros.
http://www.jornada.unam.mx/2013/07/15/sociedad/045n1soc
Para saber más visiten:
http://www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/encuestas/especiales/ENPECYT/ENPECYT_2011/ENPECTyT2011.pdf
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