¿SABÍAS QUE la máscara de V de Vendetta representa a un “tonto útil” que facilitó las ambiciones expansionistas del imperio británico? Es un grave error olvidar nuestra historia, pero peor aún es no conocerla, pues ello nos expone a sufrir los mismos engaños que en el pasado.
(Una opinión del blog ANTIMPERIALISTA) En los últimos años es frecuente ver, en diferentes actos reivindicativos, a manifestantes luciendo la máscara del personaje de la película hollywoodiense “V de Vendetta” (ley Sinde, WikiLeaks, 15-M…). El colectivo de supuestos hackers Anonymous ha llegado incluso a entronizarla, convirtiéndola en su principal emblema.
Pero ¿saben realmente, aquellos que la usan, quién es el personaje que representa? Y, lo más importante ¿saben el gran servicio que prestó este personje (sin quererlo) a la corona británica y a sus ansias expansionistas? Probablemente la gran mayoría no, igual que desconocen que ellos mismos están siendo utilizados para fines muy similares para los que fue usado el personaje que representa esta máscara.
Este personaje es Guy (Guido) Fawkes.
En el año 1605, un grupo de fanáticos católicos ingleses, admiradores de la inquisición española, entre ellos Guy Fawkes, son acusados de haber intentado volar por los aires el parlamento inglés, con toda la familia real dentro, con el objetivo de restaurar la religión católica en Inglaterra.
El juicio, como han demostrado muchos historiadores (1), estuvo plagado de irregularidades: testimonios autoinculpatorios obtenidos bajo tortura, falsos testigos pagados por la acusación, pruebas falsas, etc. Utilizando un procedimiento igualmente amañado, la corona británica acusó a España (con quien, en ese momento, se disputaba la hegemonía mundial) de estar detrás de esta conspiración. Esto fue utilizado como excusa para intervenir en la guerra que España sostenía contra los rebeldes holandeses, en apoyo de éstos. Esta intervención fue vital en la derrota de España, e imprescindible para poner, a partir de entonces, bajo la órbita de la influencia británica a los Países Bajos.
Además, este montaje, conocido con el nombre de “la conspiración de la pólvora”, sirvió para justificar la posterior brutal persecución sufrida por los católicos ingleses, desatada con la excusa de una especie de guerra preventiva contra el terrorismo católico. Esta persecución tenía como objetivo verdadero liberar a Inglaterra definitivamente de la influencia que ejercía el papado (al servicio de los intereses de Francia y España) sobre su política interior y exterior, a través de sacerdotes y fieles empotrados en la corte inglesa, que bloqueaban las pretensiones expansionistas de Inglaterra.
En todo este perverso juego político, Guy Fawkes y algunos de sus amigos más cercanos sólo fueron los tontos útiles (cabezas de turco) necesarios, utilizados por Sir Robert Cecil, el Primer Ministro del rey inglés Jacobo I, para impulsar la nueva política expansionista británica.
Hoy en día, todas aquellas personas que, con o sin la máscara de “V de Vendetta”, están prestando su apoyo a causas como WikiLeaks, el movimiento de los indignados o Anonymous, también están desempeñando un papel muy similar al que en su día desarrollaron Fawkes y los suyos:
Anonymous y su teatrillo de ciberguerra contra el poder gubernamental están siendo de gran utilidad para alertar sobre el supuesto peligro que constituye el anonimato en la red (la policía ha llegado a comparar a Anonymous con al-Qaeda) y, sobre todo, para mitificar y presentar a internet como un medio de comunicación independiente y democrático (a pesar de tratarse de un invento del ejército estadounidense, totalmente controlado por éste). Esto serviría, en primer lugar, para justificar un mayor control del “ciberespacio” y, en segundo lugar, para terminar de catapultar a internet como un nuevo medio de dirección y de control político, supuestamente democrático, pero que debido a su estrecha vinculación con los centros de poder imperialistas, sería utilizado como un perfecto medio de control social totalitario (2).
WikiLeaks, mediante falsos informes como aquellos en los que se vinculaba a los gobiernos de Cuba o Venezuela con ETA o las FARC, o en los que sin pruebas insinuaba que el programa nuclear iraní tenía fines militares, ha sido de gran utilidad para justificar políticas agresivas contra estos pueblos.
El movimiento 15-M servirá para impulsar reformas neoliberales destinadas a refundar el capitalismo, con el propósito de hacerlo aún más esclavista. La diferencia entre el 15-M y el montaje de la conspiración de la pólvora, es que mientras que para ésta sólo se utilizó apenas a una decena de “tontos útiles”, en el caso del 15-M decenas de miles de ellos han colaborado, en la mayor parte de los casos, de forma totalmente desinteresada.
(1) Recomiendo la lectura de “La conspiración de la pólvora. Catolicismo y terror en la Europa del siglo XVII”, de Antonia Fraser.
(2) Consultar “La era tecnotrónica” (1970) de Zbigniew Brzezinski.
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