Reconocer que, sea lo que sea que queramos alcanzar en la vida, no podemos hacerlo solos es algo que nos hace ser humildes.
Las otras personas son esenciales para nuestro éxito, sin importar el área en la que deseemos sobresalir. Ya sea en los negocios, en la familia, en cuestiones de salud y en la espiritualidad, para poder volvernos mejores, necesitamos personas que nos ayuden en el camino.
Escoger sabiamente con quiénes nos rodeamos es una de las llaves para abrir el cerrojo a todas las grandes maravillas que el destino nos tiene preparadas. Necesitamos influencias positivas para levantarnos cuando estemos abajo, maestros que nos empujen a crecer y amigos que puedan hacernos reír incluso en los momentos en los que lo único que queremos hacer es llorar.
Fortalecemos esas relaciones a través del poder de la apreciación. Al recorrer el kilómetro extra para estar allí el uno para el otro, creamos un circuito de energía que nos une y nos hace indestructibles.
Es así como podemos superar los desafíos. Es así como podemos ver nuestros temores cara a cara. Es así como podemos volvernos mejores personas con cada día que pasa. Es así como podemos hacer que nuestros sueños se vuelvan realidad.
Con compañeros, creamos vidas mejores para nosotros mientras construimos un mundo mejor para el mañana.
Por: ~ Yehuda Berg ~ Uma de Salado ~
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