aproximadamente 60 meteoritos caen por hora en la Tierra, mil 440 por día, diez mil 80 por semana, 43 mil 200 por mes y 525 mil 600 por año, pero que la mayoría se queman por completo al entrar a nuestra atmósfera alta y son imperceptibles.
Sin embargo, el cuerpo celeste que cayó el pasado 15 de febrero, en los Montes Urales, Rusia, era demasiado grande y no se alcanzó a desintegrar, por eso dejó más de mil heridos y cuantiosos daños materiales.
El profesor John Tonry, del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawai, dijo en entrevista con Excélsior “que los meteoritos caen (o pegan) en la Tierra todo el tiempo, cada noche puede salir y ver meteoritos caer, cerca de uno por minuto si tiene un cielo totalmente oscuro”.
“La Tierra gana toneladas de masa todos los días de meteoritos. Sin embargo, existe una amplia distribución de tamaños, desde los granos de arena, piedras, rocas, o del tamaño de una montaña. Los pequeños son los más comunes y se queman por completo sin hacer daño en la atmósfera alta.”
El investigador de la Universidad de Hawai puntualizó que “se detectan más meteoritos por la madrugada, porque en ese momento el lado nocturno de la Tierra está mirando hacia adelante, a lo largo de la órbita terrestre”.
El mexicano Sergio Camacho, director del Equipo de Acción de la ONU y secretario general del Centro Regional de Enseñanza de Ciencia y Tecnología del Espacio para América Latina y el Caribe, dijo en este sentido a Excélsior que “la frecuencia con que impactan los meteoritos en la Tierra depende de su tamaño. A menor tamaño, mayor frecuencia. Los muy pequeños penetran a la atmósfera varias veces por día y les llamamos ‘estrellas fugaces’. Éstos se queman en la atmósfera y casi ninguno llega a la Tierra”.
“Del tamaño del asteroide de Tunguska en 1908 (40 - 50 metros) impactan más o menos una vez cada 100 años. Los de un kilómetro de diámetro impactan cada 100 mil a 200 mil años y los de 10 kilómetros (tipo el de Chicxulub) cada 50 a 70 millones de años. Lo que no sabemos es si en el futuro cercano nos tocará uno lo suficientemente grande para causar daño a nivel global, regional o nacional”, resaltó Sergio Camacho.
Al asteroide Chicxulub se le culpa de la desaparición más famosa de la historia: haber acabado con 70% de la vida en la Tierra. El cual se cree que cayó hace 65 millones de años y del que sólo queda la escena del crimen: el cráter de impacto ubicado en Chicxulub, en la península de Yucatán.
Señaló que la principal importancia científica del meteorito que cayó en Montes Urales es conocer de qué material o materiales está hecho. Eso, junto con la brillantez observada cuando estaba en el espacio y sus datos de órbita (en particular el ángulo de entrada a la atmósfera) permitirá modelar asteroides que encontremos con parámetros similares.
Despierta temor
El cuerpo celeste que cayó en Rusia prendió las alertas ante la posibilidad de que en alguna parte de la Tierra, sucedan hechos de tal magnitud o quizá peores.
Estados Unidos de inmediato levantó la mano y desembolsó cinco millones de dólares, para la creación de un sistema de alerta temprana ante posibles impactos de cuerpos celestes contra la Tierra.
El profesor Tonry encabeza el proyecto Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System (ATLAS, por sus siglas en inglés), un sistema que será capaz de detectar cuándo y dónde colisionará un bólido, de tal manera que evitará un “armagedón”, cuyo riesgo se origina de la caída de un objeto celeste de tamaño considerable, sobre la superficie terrestre.
Aunque el proyecto fue presentado con anterioridad por un grupo de astrónomos de Hawai, el choque del meteorito en Montes Urales, en la ciudad de Cheliabinsk, detonó la preocupación de Estados Unidos.
El proyecto ATLAS está compuesto de ocho telescopios, con cámaras digitales de 100 megapixeles, el cual se distribuirá en dos zonas de Hawai. Estarán operables hacia 2015 y, desde entonces, van a sondear el cielo dos veces cada noche en búsqueda de objetos apenas visibles.
Por su parte, el profesor Sergio Camacho, señaló que “casi todos los heridos en Rusia fueron por cortadas de vidrios, y eso se hubiera evitado, si una vez que vieron la luz del estallido y la estela que se formó si se hubieran alejado de inmediato de las ventanas pues la onda de choque llegaría minutos después (en este caso, dos minutos y medio)”.
De acuerdo con Viktor Grohovsky, portavoz de la Universidad Federal de los Urales, el meteorito que cayó en la región de Cheliabinsk, está compuesto de condritos, una especie de meteorito rocoso que contiene diez por ciento de hierro.
Los 53 fragmentos encontrados contienen “todos los minerales típicos” para un meteorito, como “el hierro metálico, el olivino o los sulfitos”, agregó Grohovsky.
Los científicos aseguran que un gran fragmento del meteorito se encuentra en el fondo del lago, pero buceadores del Ministerio de Emergencia de Rusia han estado trabajando en su recuperación, sin obtener resultados.
La NASA calcula que el meteorito era de 17 metros de diámetro y unas diez mil toneladas cuando chocó con la atmósfera de la Tierra, viajando más rápido que la velocidad del sonido y liberando unos 500 kilotones de energía. Tras atravesar la atmósfera, se desintegró en varios pedazos.
Las ondas infrasónicas del meteorito que se fragmentó en el aire sobre los Urales, han sido las mayores registradas hasta ahora por el sistema de vigilancia de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO), informó esa entidad con sede en Viena.
En un comunicado, CTBTO detalló que “la explosión fue detectada por 17 estaciones de infrasonido de la red”, un sistema global que cuenta con varias instalaciones de medición sísmica, hidroacústica, de infrasonido y de radionucleidos para poder detectar en cualquier país una explosión atómica.
Otros informes sobre el impacto de ese meteorito, señalaban que liberó tres veces la fuerza de la bomba atómica lanzada en Hiroshima, pero no se registraron muertos ni se ha reportado incrementos de radiactividad en esa zona.
El investigador de la universidad de Hawai aclaró que, “el meteorito que cayó sobre suelo ruso explotó a una altura de cerca de 30 kilómetros, muy muy alto. La bomba de Hiroshima exploto a una altura diez veces menor y más cerca del suelo. Eso hace una gran diferencia.
“Las explosiones de asteroides o meteoritos no tienen nada que ver con las reacciones nucleares, por lo que no hay radiactividad en absoluto. No estamos acostumbrados a la posibilidad de una gran explosión a menos que sean de armas nucleares. Pero evidentemente un asteroide puede hacer una explosión tan sólo de la velocidad de su impacto.”
Además, de despertar las alertas sobre la caída de futuros meteoritos, el fenómeno que registró Rusia provocó una ola de cazameteoritos en todo el mundo, que buscan fragmentos de esos cuerpos celestes por su elevado valor para la investigación.
En este sentido, el investigador Rafael Lozano, del Museo Geominero del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), dijo que el precio depende del tipo de roca. “Si es una ‘condrita ordinaria’ valdrá menos que una ‘acondrita’, ya que es muy común.”
El investigador subrayó que la más reciente noticia de un meteorito proveniente de Marte, cayó en Marruecos y alcanzó diez veces su precio en oro.
Pero el profesor Tonry dijo, por su parte: “no sé en cuánto se están vendiendo los pedazos de asteroides o meteoritos, puedes aprender en Google tanto como yo. He leído historias de que se están vendiendo en miles de dólares una pequeña piedra, pero no sé”.
Según Mike Famer, un famoso “cazarrecompensas espacial”, experto en encontrar restos de asteroides, se llegó a vender un trozo de piedra lunar encontrado en Agadir, Marruecos, por 1.4 millones de euros. Dijo, recientemente, que el gramo de meteorito vale unas 65 veces más que el oro, que cuesta 17.5 euros el gramo.
Hay mucha variedad de meteoritos y asteroides. El meteorito de Cheliabinsk fue al parecer del tipo más común, de piedra. Hay también asteroides metálicos (de hierro), asteroides condrita (carbón y piedra suelta aglomerada), y los cometas (condrita con una gran cantidad de hielo).
Todos los meteoritos cargan con un impacto de energía equivalente a su tamaño, pero tienen diferentes capacidades para desprenderla cerca de la Tierra. Los asteroides más ligeros explotan más arriba, los asteroides más densos penetran más abajo o, incluso, pegan en el suelo, resaltó el investigador Tonry.
Dudas sobre los asteroides
El encargado del proyecto ATLAS resaltó que la comunidad científica, aún no sabe muy bien cómo evaluar el riesgo del impacto de un asteroide devastador y aseguró que todavía hay muchos factores desconocidos por descifrar.
¿Qué tan oscura es la superficie de los asteroides?, ¿Cuál es la densidad de la roca? ¿Qué tan rápido se mueve? ¿Cuál es el mecanismo por el que se queman y se rompen en la atmósfera?, y ¿cómo puede efectivamente el impacto en la atmósfera, enviar una explosión perjudicial hasta el suelo?
Asteroide pasará cerca de la Tierra
Un nuevo asteroide del tamaño de un campo de futbol, pasará por nuestra vecindad este fin de semana a sólo días después de que otra roca espacial hiciera lo mismo el lunes pasado.
El asteroide denominado 2013ET mide 330 pies de ancho (100 metros) y pasará hoy a 960 mil kilómetros de la Tierra.
El asteroide fue descubierto el 3 de marzo en el marco del proyecto estadunidense Catalina Sky Survey.
El paso de esta roca espacial ocurre tan sólo unos días después que el asteroide 2013 CE se acercó a nuestro planeta a menos de 370 mil kilómetros el lunes (4 de marzo).
Cuando este nuevo asteroide pase la Tierra, estará a un equivalente a 2.5 veces la distancia entre nuestro planeta y la Luna, por lo que es luminosamente débil como para ser observado en el cielo nocturno.
Sin embargo el Proyecto Telescopio Virtual en Italia, dirigido por el astrofísico Gianluca Masi, realizará un
webcast en vivo del sobrevuelo de la roca espacial desde ayer.
Astrónomos aseguran que no hay ningún peligro de colisión.
Fuente:
Para saber más visiten:
No hay comentarios:
Publicar un comentario