El humanismo proletario supone un fuerte contraste con el humanismo liberal. Para el
proletario revolucionario, el humanismo significa, en primera instancia, profunda
solidaridad en la lucha de clases para derrocar al capitalismo. Solidaridad que implica
estar junto en la línea de los piquetes y los combates contra los enemigos de clase. Un
socialista revolucionario nunca cruza la línea de clase o le da información perjudicial a
la burguesía o a sus agentes pequeño burgueses . Va sin decir que un proletario
revolucionario nunca ( e incluso un proletario reformista honesto) nunca traiciona a un
camarada en lucha. El humanismo de los proletarios revolucionarios también involucra
ayudar a otros camaradas a mejorar sus fuerzas y superar sus debilidades, mientras
construye solidaridad emocional más profunda en combates conjuntos, y adhiriendo a
un inquebrantable combate por derrocar al capitalismo y liberar a la humanidad.
El otro aspecto de esta solidaridad supone ser despiadado contra el enemigo de clase
y sus colaboradores reformistas, y no temer usar engaño e incluso mentiras para
confundir y derrotar al enemigo de clase Esa es la moral de los revolucionarios, y este
aspecto del humanismo revolucionario es precisamente lo que el liberalismo y la
pequeña burguesía rechazan, porque el “humanismo” ilusorio del capitalismo liberal
persiste solo en tanto no dañe a la burguesía.
Los liberales y la pequeña burguesía pueden hablar del humanismo hasta exasperarse,
pero su único propósito es promover la ilusión que la gente puede prosperar
individualmente, y abrazar valores humanísticos, vendiendo al mismo tiempo su alma a
Satán (el capitalismo). Para los liberales y los pequeño burgueses, el humanismo es
abstracto, un tema de conversación en las reuniones de cena mientras que el resto del
día promueven ilusiones en el capitalismo enganchándolo con chismes y como mejorar
sus alienados egos.
Los liberales y a la cola su pequeña burguesía viven una doble vida. Hablan de las
creencias “humanísticas”, pero viven hipócritamente una vida alienada y brutal
impuesta por el capitalismo e incluso respaldándolo como algo eterno
fundamentalmente imposible de cambiar por la lucha de clases y por el derrocamiento
revolucionario del capitalismo. Así para los liberales y la pequeña burguesía existe una
separación total entre su humanismo abstracto y su rechazo a la lucha de clases
Los humanistas pequeño burgueses pueden ser humanistas hacia sus mascotas, pero
ignoran a sus vecinos; tratan a las personas a su alrededor (especialmente las personas de la clase obrera) como cosas; y bajo intensa presión del sistema, apoyan
guerras y el resto de los horrores capitalistas. Tomemos, por ejemplo, a los pequeño-
burgueses “humanistas” que pusieron la bandera norteamericana, símbolo del
imperialismo.
Para mas información:http://www.humanistsforrevolutionarysocialism.org/Current_Articles/Humanismo_del_Proletariado.pdf
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