Existe una palabra –aún no reconocida en el Diccionario Inglés de Oxford, o en ningún manual de psicología- para referirse al pánico hacia los payasos: Coulrofobia. No muchas personas sufren de fobia a los payasos, sin embargo a muchas, simplemente, no les gustan. Por ejemplo, una página en Facebook titulada “Odio a los payasos”, tiene 480 mil likes. Inclusive, en algunos circos se han implementado talleres para ayudar a los visitantes a superar su miedo a los payasos, pero ¿dónde surge este miedo a los seres que se supone debería hacernos reír? Linda Rodríguez McRobbie intenta responderlo en Smithsonian haciendo una recapitulación de su historia.
Por que es que hay temor detrás de estos personajes cuando están ideados para causar risa, algunos psicólogos creen que algunos medios de entretenimiento tienen algo que ver al respecto.
Los payasos, al igual que los bufones o los arlequines, han existido desde hace cientos de años y han aparecido en muchas culturas (egipcia, china, romana, británica y nativa americana). Pero, de acuerdo con David Kiser, Director de talento del circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey, los payasos siempre han tenido un lado oscuro, ya que gran parte de sus comedias se derivan del apetito voraz por comida, sexo, bebidas, y comportamiento maniático.
Andrew McConnell Stott, decano de la Universidad de Búfalo, es el autor principal de varios artículos basados en payasos escalofriantes, como la biografía de Joseph Grimaldi, un antiguo mimo muy famoso de Londres quien fuera el antecedente de los payasos modernos.
La historia de Grimaldi era todo menos feliz, padecía de depresión, tenía un hijo alcohólico y su primera esposa murió al dar a luz; todo ello lo llevó a dejar su profesión antes de tiempo, describe Rodrígues en Smithsonian.
Grimaldi murió en la ruina y a causa del alcohol en 1837, y Charles Dickens fue el encargado de escribir sus memorias. Sin embargo, Dickens escribió una historia aún más trágica y la figura del payaso era mucho más siniestra, lo que llevó a que la gente comenzara a relacionar esta profesión con algo terrorífico en The Pickwick Papers.
Mientras tanto, en Francia, la figura de payaso más famosa era Jean- Gaspard Deburau, y su historia es todavía más aterradora que la de Grimaldi. En 1836, Deburau mató a un niño después de que éste lo insultara en la calle. Esto hizo que la práctica de la pantomima cambiara y los payasos dejaron los teatros para comenzar a presentarse en las arenas de los circos.
A mediados del siglo 19, los payasos fueron exportados junto con el resto del espectáculo del circo y en América comenzaron a surgir los circos itinerantes que viajaban en las vías ferroviarias.
Años después, los payasos se popularizaron en América gracias a la televisión, en donde surgieron personajes como el payaso Clarabell, del show de Howdy Dooby, y Bozo el payaso, quien en 1960 se hizo muy popular.
En 1963, surge Ronald McDonald, el payaso feliz de las hamburguesas, quien pierde su imagen buena en 2011 cuando un grupo de activistas lo culpaban de promover una forma de vida insana para los niños.
¿Arte macabro?
El maquillaje de los payasos jugó un papel muy importante en su imagen terrorífica, ya que se consideró una especie de “mascara” o cubierta de la verdadera personalidad de los payasos, lo que dio pie a innumerables artistas, cineastas, escritores y creadores de explotar este fenómeno.
Un ejemplo en la vida real fue John Wayne Gacy, mejor conocido por ser el Payaso Pogo y quien, entre 1972 y 1978, abusó sexualmente y mató a 35 jóvenes en Chicago. Gacy fue declarado culpable de 33 cargos de homicidio y fue ejecutado en 1994. Después de estos hechos, fue conocido como “El Payaso Asesino”
En 1982, la película Poltergeist convirtió a los payasos en un terror real con una escena en la que un payaso de juguete cobra vida y jala a un pequeño niño debajo de la cama. Pero sin duda alguna, la figura del payaso como ícono de terror la materializó Stephen King, en 1986 con Eso, un demonio que ataca a los niños dentro del cuerpo de un payaso.
Kiser, quien es uno de los talentos más grandes del Ringling Brothers y actual payaso, afirma que ha sido muy evidente el daño que la imagen de los payasos asesinos le ha hecho a la profesión del clown. Incluso, a mediados de la década pasada comenzaron a surgir varios artículos sobre las convenciones de payasos en donde se lamentaba esta situación.
Psicología del miedo
Desde la perspectiva psicológica, el miedo a los ocurre desde la infancia e incluso esta fobia ya se encuentra en el Manual de Diagnóstico y Estadística de Desórdenes Mentales, pero como parte de los miedos a personas con disfraz.
Este miedo empieza a los dos años, generalmente, cuando la persona comienza a formar miedos hacia personas extrañas. A esta edad, la mente de los niños aún se encuentra en desarrollo y hay un momento en el que aún no diferencian la fantasía dela realidad”, explicó la Dra. Brenda Wiederhold, psicóloga veterana, quien realiza tratamientos contra la ansiedad en San Diego, por medio de realidad virtual.
De acuerdo con la investigadora, muchas personas desarrollan este miedo y alrededor de 2% de la población lo padece.
Por su parte, Andrew McConnell Stott, considera que la imagen de los payasos continúa en declive.
Creo que el payaso aterrador será el dominante, y esta figura continuará existiendo de diferentes maneras”, aseguró el investigador, y puso como ejemplo al personaje Krusty, el payaso de Los Simpsons, quien es chistoso pero irreverente; o a la versión del Guasón interpretada por Heath Ledger en el re lanzamiento de Batman, quien representa una fuerza aterradora de anarquía impredecible.
Al parecer les queda mucho por hacer a los artistas del clown para reivindicar lo que personajes siniestros, de la ficción y la realidad, han provocado.
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