16 de febrero de 2014

Continúan las protestas estudiantiles en Venezuela


CARACAS, Venezuela (AP) — Las fuerzas de seguridad venezolanas usaron el sábado gases lacrimógenos para dispersar a estudiantes que se dirigían a la principal autopista de la capital y evitar que la bloquearan al cumplirse el cuarto día consecutivo de manifestaciones contra el gobierno.

El alcalde del municipio capitalino Chacao, Ramón Muchacho, en cuyas inmediaciones se registró el incidente, declaró a la prensa que los estudiantes caminaban "pacíficamente en dirección a la autopista... cuando fueron 
repelidos con gases lacrimógenos". No hubo informes de heridos graves.

Los estudiantes respondieron arrojando piedras a los agentes y poco después se reagruparon en una zona cercana.

En los tres días anteriores, cientos de manifestantes bloquearon el tráfico durante varias horas con el fin de exigir justicia para los dos estudiantes asesinados el miércoles en medio de enfrentamientos con la policía y las milicias armadas progubernamentales.

Horas antes, durante un discurso tras el término de una marcha oficialista de apoyo a su gestión, el presidente Nicolás Maduro advirtió que no tolerará más bloqueos en las vías del país.

"Aquí no se va a trancar más autopistas... no lo voy a permitir. ¡Ya basta!", exclamó.

El choque entre estudiantes y agentes de la Guardia Nacional se produjo horas después de que varios miles de empleados públicos y partidarios del gobierno venezolano salieron el sábado a marchar por el centro de la capital para respaldar a Maduro y condenar los violentos incidentes ocurridos esta semana en Caracas y otras ciudades del país, los cuales dejaron tres muertos, 66 heridos y decenas de detenidos.

Al ritmo de canciones revolucionarias y reggaetón, los manifestantes marcharon portando banderas nacionales y afiches con el rostro del fallecido ex presidente Hugo Chávez.

La marcha oficialista culminó en la céntrica avenida Bolívar, donde se realizaron prácticas de deportes, se bailó y se escucharon conciertos hasta que se incorporó Maduro y su equipo de gobierno.

En un discurso en cadena nacional de radio y televisión, el presidente acusó a sus opositores de usar "a un grupo de muchachos que han adoctrinado en el odio... que han dicho que no van a salir de la calle hasta que Maduro renuncie" con el fin de desestabilizar a su gobierno y derrocarlo.

El mandatario advirtió que no tendrá debilidad alguna para enfrentar las protestas estudiantiles que se han extendido por las principales ciudades del país.

"El fascismo se combate con la ley y con la justicia y con castigos severos", manifestó.



Sin mencionarlos por sus nombres, Maduro responsabilizó al dirigente opositor Leopoldo López y a la diputada María Corina Machado de los hechos del miércoles.

"El fascista que se la pasa con la sobredosis..., llamado 'El Trono' (como suele referirse a López), mandó a estos muchachitos violentos, entrenados por él a destruir la Fiscalía y destruir media Caracas; él fue a esconderse, es un cobardón, como todos los fascistas es un cobarde", afirmó.

"Un tribunal de la república ordenó su detención el propio 12 de febrero y las fuerzas de seguridad del estado lo están buscando. ¡Entrégate cobarde! El pueblo quiere justicia", agregó.

Maduro ordenó la suspensión de las rutas del tren metropolitano que atraviesan el municipio capitalino de Chacao y los servicios complementarios de autobuses, bajo el argumento de que fueron atacados por manifestantes.

"No podemos tener un minuto de debilidad porque se trata de derrotar una corriente fascista que quiere acabar con la patria que tenemos", indicó el mandatario, quien aseguró que las protestas son financiadas desde el exterior, supuestamente entre ellos el ex presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez. Maduro dijo que esté "está financiando las corrientes fascistas en Venezuela".

El presidente ha dicho que los recientes hechos violentos en el país serían parte de un plan, apoyado por Estados Unidos, para replicar los disturbios que precedieron el golpe de 2002, en el cual Chávez salió 

En Washington, el Departamento de Estado negó que tuviera alguna participación en la política de Venezuela.

En paralelo a la marcha oficialista, cientos de estudiantes universitarios se concentraron para exigir justicia por la muerte de los dos estudiantes asesinados el miércoles en medio de enfrentamientos con la policía y grupos progubernamentales llamados "colectivos", a los que líderes de oposición identifican como organizaciones "paramilitares".

"No vamos a doblegarnos, no nos vamos a poner de rodillas; vamos a seguir en la calle, en lucha de los venezolanos y liderizada (sic) por la juventud que quiere un país de democracia, de medios libres que no los censuren ni se autocensuren, de justicia y equidad", dijo a la prensa Juan Requesens, de la Universidad Central de Venezuela y presidente de la Federación de Centros Universitarios.

La protestas callejeras del miércoles, las mayores desde que Maduro ganó la presidencia en abril de 2013, no recibieron cobertura periodística de las televisoras venezolanas, y varios medios de comunicación internacionales no pudieron documentar los disturbios porque la policía maltrató a sus reporteros y les decomisó sus equipos.

Los grupos defensores de los derechos humanos advirtieron que el gobierno está abusando de su autoridad y tratando de intimidar a los oponentes, al tiempo que impide que los medios locales e internacionales difundan sus informes.

Por su parte, la organización internacional Front Line Defenders, especializada en la protección de los defensores de los derechos humanos, expresó preocupación por los activistas en Venezuela, y citó la "campaña de difamación" que asegura existe por parte del ministro de Justicia y del Interior venezolano, Miguel Rodríguez Torres, contra Humberto Prado Sifontes, presidente del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), e Inti Rodríguez, detenido por cuerpos de seguridad presuntamente pertenecientes al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y agrupaciones parapoliciales del oeste de Caracas.

En su comunicado, el grupo activista agregó que "las evidencias demuestran que los actos de intimidación" contra ambos "tienen relación directa con su labor en defensa de los derechos humanos en Venezuela".

"Nuestro mensaje es claro, nuestra lucha es no violenta", dijo Enrique Altimari, presidente del centro de estudiantes de la privada Universidad Monte Ávila de Caracas

Altimari exhortó a sus compañeros universitarios a evitar las protestas nocturnas.

"No nos conviene porque no estamos logrando ningún objetivo y nos exponemos a ser blanco de los grupos violentos y las agresiones del régimen al amparo de la penumbra", señaló.

En la víspera, las fuerzas de seguridad en Venezuela utilizaron cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar las protestas estudiantiles en la principal avenida del este de Caracas, en la que fue tercera noche consecutiva de manifestaciones contra el gobierno y donde el miércoles se registró la tercera víctima mortal en la semana, cuando desconocidos en motocicletas abrieron fuego contra los manifestantes.



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