Durante los 17 procesos electorales previos, el sistema de voto automatizado de Venezuela ha recibido felicitaciones de la Unión Europea, del ex presidente norteamericano Jimmy Carter e incluso de representantes del bipartidismo español, del PP y del PSOE. En todos los procesos electorales venezolanos se hace al finalizar, una auditoria del 54% de los votos, aunque no la pida nadie.
En este último proceso electoral en el que Maduro ganó las elecciones, los acompañantes internacionales, de varios países del mundo han certificado que no ha habido fraude. Que las elecciones han sido limpias y transparentes.
Sin embargo, la oposición, que sigue adelante con su guión golpista, hace caso omiso, y sin presentar ninguna prueba que lo demuestre se ha lanzado violentamente a las calles reclamando fraude. En una estrategia para que la población del mundo tenga una mala imagen del gobierno de Venezuela, Capriles pide delante de las cámaras una auditoría del 100% de los votos, aunque luego no acude al CNE a hacer válida esa opción.
De esta forma la gente pensará que no se hace la auditoría porque el gobierno comandado hoy por Maduro no lo permite.
Durante la campaña electoral la oposición ha saboteado el sistema eléctrico allá por donde pasaba Maduro, para poder decir que la Revolución Bolivariana no era capaz de acabar con los apagones. También durante la campaña, los pocos latifundistas que quedan con sus empresas de alimentos, acapararon para decir en los medios de comunicación que había desabastecimiento.
Ahora, aunque no haya habido fraude, el plan golpista es hacerle pensar a la gente de fuera de Venezuela que sí lo ha habido. Quieren mostrar un país sumido en la violencia, por eso están asesinando chavistas en varios estados del país, quemando coches y sedes del PSUV y atacando las sedes de los dos únicos canales de televisión informativos que apoyan a la Revolución Bolivariana, Venezolana de Televisión (VTV) y Telesur. Esperan que Maduro les responda igualmente con violencia para decir al mundo que hay represión.
De esta manera una intervención que diese un golpe de estado y acabase con Maduro sería bien vista, porque estaría acabando con un presidente que ha ganado mediante el fraude, no deja hacer una auditoría y reprime a quienes protestan por esa situación. Cuando la realidad es que Maduro ha ganado limpiamente según los acompañantes extranjeros -había alguno incluso del PP-, que la oposición está desatando la violencia y que no activan el recuento de votos.
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Fuente: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article50220
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