Las plantas que por poseer en su composición substancias denominadas desde hace unas décadas como ENTEÓGENOS (que permiten la experiencia o vivencia de lo Divino dentro nuestro), son denominadas por los pueblos originarios Americanos como "MAESTRAS" por su innata capacidad de "ENSEÑAR", "DEVELAR", "MOSTRAR" aquello que suele estar escondido u oculto a nosotros. El trabajo que realizamos con ellas tiene un marco ceremonial que nos abre la puerta a una experiencia profundamente transformadora, no solo por la experiencia en sí, sino por sus consecuencias.
Actualmente el antiguo "Camino de las Mamaicunas" (Las Madrecitas) ha encontrado, sobre todo en América, un verdadero redescubrimiento.
De la mano de diferentes personas que se instruyen y dedican (muchas veces de forma tal que este camino se transforma en una filosofía de vida) las Mamaicunas se muestran a muchos llevando su ancestral mensaje.
En la Amazonía este conocimiento es conocido como "VEGETALISMO", esto es el lazo entre el hombre y las Plantas Maestras: aquellas capaces de acompañarnos a lo profundo de nuestro ser, llamémosle a este, mente, inconsciente o alma.
Estas Plantas, y los espíritus que en ellas habitan, son interpretadas por los pueblos originarios como un "poder": el poder de quitar los velos a los cuales estamos acostumbrados por nuestra tradicional forma de vida.
Cuando ello ocurre podemos experimentar una profunda comunión con la naturaleza, de la cual somos parte, y de la creación toda.
La Psicología es quizá una heredera natural de aquellos antiguos saberes, motivo por el cual los talleres se han convertido en una forma de psicoterapia revolucionaria, uniendo lo ancestral, lo presente y lo por venir.
Las Plantas Sagradas forman parte de la profunda cosmovisión Americana, con una tradición que se hunde en las raíces mismas de lo que actualmente conocemos de forma popular como Chamanismo.
Para nosotros la forma común en que nos referimos al trabajo con estos seres maravillosos es "PLANTERÍA", o el arte de fluir acompañando su fino trabajo. Tal como ha sido antes, durante miles de años, diferentes grupos de personas se reúnen realizando una práctica que si bien ha cambiado con los siglos, conserva muchos elementos y -sobre todo- la intención original: colarnos a la rueda del tiempo y desde allí recibir las visiones o sensaciones para transformar nuestro presente.
Es sin lugar a dudas una aventura, una invitación a visitarnos, o como dicen los viejos planteros: "UN SINCERO ACTO DE PODER".
Acerca de la Ayahuasca:
La Ayahuasca (Banisteriopsis caapi) es un bejuco o liana que los médicos vegetalistas con la tradición de su uso definen como su planta maestra por excelencia. La ayahuasca combinada con otra planta, la chacruna (Psychotria viridiris) componen una bebida o "chicha", como dicen los ayahuasqueros, que a su vez se llama ayahuasca.
Esta bebida funciona como un depurador físico, facilita la meditación, equilibra energías y despierta la intuición. En el dialecto nativo se le conoce a la liana como "soga de la muerte". Lo que traducido al idioma quechua, soga=huasca y muerte=aya, dio como resultado el nombre con que tradicionalmente se le conoce: "ayahuasca".
La "madre de la soga" es la chacruna, un espíritu femenino que le muestra al vegetalista las causas de las enfermedades y las plantas que debe usar para su curación.
Las plantas maestras son las que dentro de la tradición amazónica ingeridas adecuadamente generan conocimientos a través de sueños, visiones, percepciones e intuiciones sobre sus propiedades curativas y las de otras plantas; así como, por sus propiedades enteógenas también sirven para darnos una visión introspectiva sobre nosotros mismos y sobre la vida en general. Ayudando así a interpretar los hechos o acontecimientos que han influenciado en el proceso de nuestra vida.
Esta Mamaicuna es definida en diversos campos como planta visionaria, remedio abarcativo o simplemente medicina de la tierra. Ha tenido y tiene múltiples funciones según el lugar y el tiempo. Hoy podemos decir que, ante todo, nos da referencia de una cultura lejana, antigua y sabia, nos permite conocer un poco más de nuestro interior y del universo, nos limpia y nos conscientiza.
En estos tiempos -donde prevalece el interés por lo propio y el olvido de aquellos que estuvieron antes- esta gran medicina, con miles de años de uso, sale de la selva y llega a nosotros acompañada de sus inherentes y conservadas costumbres.
De: Paola Shenkaya Migoya
Fuente: http://www.facebook.com/groups/290737160946626/doc/303551496331859/
No hay comentarios:
Publicar un comentario