El poder energético de los cristales es muy grande. Son increíbles transmisores de energía, cuyo potencial debe ser tratado con el máximo cuidado.
El uso de cristales ya se constata en las antiguas culturas egipcias, fenicios, celtas e indios chamanes entre otros; sin embargo, hoy en día la ciencia esta comprobando la utilidad y funcionamiento de los cristales como transmisores y receptores muy precisos y exactos, de hecho se utilizan en aparatos sofisticados de electrónica, satélites, naves espaciales, y muchos más.
Al utilizar cristales para sanación, se trabaja con los sistemas que alimentan los niveles celulares o moleculares del cuerpo humano.
Los cuarzos tienen efectos poderosos para corregir los patrones de energía de nuestro organismo y nos ayudan a sanar molestias o enfermedades.
Mientras que se administra un medicamento o cirugía para arreglar el padecimiento en el cuerpo físico, los cristales trabajan con las energías sutiles o etéricas movilizando la energía estancada, al mismo tiempo que estabiliza los niveles de conciencia, por lo que se esta efectuando curación con energía pura.
Los cristales de cuarzo actúan como transformadores y amplificadores de energía, equilibrando y re-energetizando los sistemas biológicos desde su nivel celular, por medio de vibraciones oscilantes.
Las gemas cumplen una importante función
En una especie de fusión de la energía lumínica y vibracional de la gema con el aura humana, se intercambia y se gesta un poder y una fuerza interior.
Las gemas cumplen una importante función dentro del campo de la terapia energética (gemoterapia) con disposiciones varias sobre el cuerpo para armonizar con su energía los chakras, el campo áurico y los estratos sutiles de nuestra mente y emociones.
Casi todos los minerales presentan formas cristalinas determinadas, esto significa cuerpos homogéneos como una red estructural regular de átomos, iones o moléculas. El estado cristalino es sinónimo de estado sólido, definido no como algo que comporta la posesión de una forma o volumen propios, sino como la posesión de una disposición regular de átomos que se suceden de manera idéntica hasta unos 100 millones de veces en la distancia de 1 cm.
Esta rigurosa repetición no se cumple por ejemplo en los vidrios.
Casi todos los minerales necesitan muchos milenios para formarse, así como alta temperatura, elevada presión y su posterior enfriamiento.
La mayoría de las personas desconoce la posible influencia que puede ejercer un cristal sobre el espíritu, el ánimo, y la mente.
Los cristales emiten una energía natural comparable a la electricidad o el magnetismo, que aún no ha sido totalmente descifrada por el hombre. Existen otras fuerzas invisibles, radiaciones y rayos cósmicos que no vemos, pero su presencia en muchos casos puede ser demostrada por métodos directos o indirectos.
Más recientemente se están estudiando los rayos cósmicos ultra-energéticos que se propagan por el universo a una velocidad cercana a la de la luz y que también llegan a nuestro planeta.
Poseen cientos de millones de veces más energía que las partículas producidas por cualquier acelerador del mundo. Es un misterio su origen, se desconoce la fuente que los produce ya que ni siquiera las más violentas explosiones de estrellas podrían generar partículas con estas energías, que permanentemente llegan a la Tierra, la atraviesan y por ende nos atraviesan.
El Cuarzo y su Vibración
Poseen cientos de millones de veces más energía que las partículas producidas por cualquier acelerador del mundo. Es un misterio su origen, se desconoce la fuente que los produce ya que ni siquiera las más violentas explosiones de estrellas podrían generar partículas con estas energías, que permanentemente llegan a la Tierra, la atraviesan y por ende nos atraviesan.
En la diversidad de energías podemos distinguir aquellas que producen un efecto directo como la electricidad, la radiofrecuencia o el electromagnetismo, o indirecto como los rayos cósmicos o las líneas Hartman propias del Planeta Tierra y detectadas por métodos radiestésicos.
Si a un cristal de cuarzo se lo comprime ejerciendo una fuerte presión por un instante produce un haz luminoso y hasta una chispa que sirve para encender una llama de gas. Si se frotan las caras de dos cristales de cuarzo el halo de luz sirve para iluminarlo por un instante o por el tiempo que dure la fricción.
La compresión posibilita una modificación en la estructura atómica del cuarzo cambiando su vibración y por ese motivo surge la chispa y la luminiscencia.
El avance de la electrónica ha sido posible gracias al conocimiento de la alta frecuencia de vibración del cristal de cuarzo. La precisión de un simple reloj electrónico está dada entre otras cosas por la alta frecuencia en que oscila su pequeño cristal de cuarzo, que sobrepasa los treinta y dos mil ciclos por segundo. Innumerables son las aplicaciones del cuarzo en la electrónica: El silicio se halla presente en los circuitos integrados, en los osciladores, en los ordenadores y en todo aquel aparato que requiera alta frecuencia de vibración.
A estas energías podemos sumar las energías del pensamiento, de los sentimientos y de las emociones que volcadas en un cristal pueden ser amplificadas y uniendo la energía mental a la energía de alta frecuencia vibracional del cuarzo se amplifica y se armoniza la onda produciéndose una estabilización en la frecuencia del pensamiento, serenando el ritmo psíquico.
Dentro de las llamadas piedras preciosas se debe considerar a la familia de los cuarzos como gemas de una importancia fundamental. El cristal de roca, las ágatas, amatista, cuarzo ahumado, citrino, prasiolita, cuarzo rosa, aventurina, cuarzo ojo de gato, ojo de halcón, ojo de tigre, calcedonia, carneola, sardo, crisoprasa, heliotropo, ágata musgosa, dendrita, jaspe, xilópalo, y el ópalo representan un extenso grupo distinguiéndose por su enorme belleza. El cristal de roca, el cuarzo rosa, la amatista, las ágatas y citrinos poseen un amplio poder vibratorio, que puede emplearse como equilibrador del sistema nervioso.
Fuente: http://www.tiendamisticaonline.es/la-funci%C3%B3n-de-los-minerales/
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