Entre las cuatro disciplinas mencionadas, Aristóteles hizo un análisis detallado y extenso de la música. Incluso dedicó un análisis de la moralidad de la melodía y el ritmo y de los instrumentos musicales. Él comenzó su trabajo con las siguientes preguntas[5]: ¿Acaso por recreo o descanso? ¿O hay que creer más bien que la música incita de algún modo a la virtud…? ¿Contribuye de algún modo a la diversión y al cultivo de la inteligencia? Sabemos que la música podría ser un instrumento para ser virtuoso o ser vicioso. La duda o la vacilación de Aristóteles se expresa en estas palabras: “El mismo problema se suscita aún si la música es capaz de mejorar los caracteres,”[6] y puso en duda, en el principio, la importancia de su aprendizaje: “¿Por qué hay que aprenderla personalmente en lugar de disfrutar de ella…? Él, además, preguntó su sentido: si la música es una educación, un juego o una diversión. Por lo tanto, la cuestión principal para él es si la música debe ser incluida en la educación o no de los jóvenes.
El mismo Aristóteles respondió a sus propias preguntas. Afirmaba que “la música es una de las cosas más placenteras” y “que puede proporcionar alegría.” Él, por lo tanto, llegó a la conclusión de que debe incluirse en la educación de los jóvenes ciudadanos con este motivo: “Porque todos los placeres irreprensibles no sólo son adecuados al fin (de la educación), sino también al descanso,” y añadió, “…puede ser útil descansar en los placeres que la música proporciona.” Aunque el aprendizaje de la música exige esfuerzo personal, renuncias y privaciones, su importancia radica en su capacidad de proporcionar felicidad, placer, entretenimiento y juego queÉl, sin embargo, advirtió de la dedicación excesiva o abuso: “Hay también algunas ciencias liberales a las que no es indigno de un hombre libre dedicarse hasta cierto punto, pero el persistir en su estudio en exceso y con demasiada especialización implica los daños ya mencionados.” Además de su importante contribución a la formación del carácter y del alma de los jóvenes y de todos los seres humanos en general, Aristóteles también elogió a la música por el placer natural que ofrece. Él, por lo tanto, había justificado que su uso es agradable o placentero para todos los hombres de todas las edades y caracteres.
EL PLACER Y LA MORAL
La música tiene una dimensión moral? Es un hecho innegable que la música nos ofrece unos placeres sensuales. Pero los placeres sensuales no necesariamente significan ilícitos o inmorales. Aristóteles afirmaba lo siguiente: “No todo el que hace algo por causa del placer es licencioso, despreciable o incontinente; sino el que hace por un placer vergonzoso.” Somos gentes sensuales, debido a nuestra composición corporal. Nos gustan los placeres que nos proporcionan las diferentes actividades que hacemos, al igual que comer una deliciosa comida, beber un buen vino, o escuchar música. El placer es parte de nuestra naturaleza humana, como el mismo Aristóteles había atestiguado: “Ahora nos toca, quizá, hablar el placer, que parece estar asociado de la manera más íntima a nuestra naturaleza.” Esto también es confirmado por Santo Tomás de Aquino, su discípulo en la Edad Media: "Nadie puede vivir sin algo de placeres sensibles y corporales."
Aristóteles, sin embargo, rechazó las opiniones opuestas de su tiempo sobre el placer. Hubo quienes pensaron que el bien consiste en el placer y hasta exaltándolo como el bien supremo. El otro grupo había degradado el placer como algo totalmente vil o mal y lo consideró como una forma de esclavitud. Por el contrario, el pensador griego creía que el placer puede ser uno de los bienes. Y Santo Tomás, aclaró lo siguiente: "Por lo tanto, hay que decir que algunos placeres son buenos y que algunos son malos." La pregunta es: ¿cuándo podemos decir que el placer que recibimos de la música es bueno o malo? Podemos responder a estas preguntas citando a Aristóteles. Opinó él: "Cada actividad tiene su placer propio. Así, el propio de la actividad honesta será bueno y el de la mala perverso, así como el deseo de lo hermoso es laudable y el de lo feo es censurable.” Aristóteles quería decir que el placer depende de la acción misma: una mala acción siempre genera placer malo. Sin embargo, hay actividades que son neutrales, ni bueno ni malo. Del Aquinate se obtiene una respuesta clara: "El bien y el mal en el orden moral dependen en el acuerdo o desacuerdo con la razón", y concluyó que el placer malo es por el cual el apetito se basa en lo que es discordante de la razón y la ley de Dios. Entonces, el placer que acompaña a una actividad no es la base de su moralidad, sino si está de acuerdo a la recta razón.
LA MÚSICA MODERNA Y SU MORALIDAD
Bomod-ok Falls, Mt. Province, Philippines
Sabemos que durante la época de Aristóteles, no hay géneros o tipos de música tan variados al igual que lo que tenemos ahora. ¿Hay ciertos tipos de la música moderna que se consideran categóricamente como inmorales? Si Aristóteles hubiera vivido en nuestra época actual, cómo iba a considerar los diferentes géneros de nuestra música hoy en día? ¿Va a considerar la "rock" , “heavy metal” o "rap" como inmorales? ¿Qué hay de los instrumentos musicales que se utilizan hoy en día? ¿Va a considerar algunos de estos inmorales al igual que lo que él consideraba la flauta?
Aristóteles y el otro gran filósofo griego, Platón ya había sembrado la idea de que la música podía ser un instrumento para ser utilizado tanto para dar forma al carácter de los jóvenes o para destruir el mismo. Aristóteles recomendó a la música para ser incluida en la lista de materias para ser estudiado por los jóvenes, no sólo por su elemento educativo, sino también por su carácter que podía proporcionar placer. Debemos recordar que para Aristóteles, el placer es un elemento que dulcifica el carácter avasallador de la educación o del trabajo. Aristóteles, sin embargo, no consideró el placer o el disfrute como el principal requisito que hace buena o recomendable la música. Aristóteles había siempre asociado una vida feliz y plena con virtudes. Así aseveró, “La vida feliz es la que conforme a la virtud, vida de esfuerzo serio, y no de juego.”[15] Y los placeres son buenos cuando hacen una persona virtuosa y cuando no sean contrarias a la recta razón. Esto es lo que Aristóteles afirmó: “Como el incontinente es de tal índole que no persigue por convicción los placeres corporales excesivos y contrarios a la recta razón y el licencioso, en cambio, lo hace por convicción porque la virtud y el vicio preservan y destruyen respectivamente.”[16]
Ahora bien, podemos decir que la música o las canciones son inmorales por naturaleza cuando son capaces de destruir el carácter de nuestra generación joven. Hay ciertos tipos de música que fomentan el espíritu de la anarquía. Hay canciones que menoscaban la disciplina, la moderación y otras virtudes cívicas. Ciertos modos de la música alientan a los individuos a otros vicios.
Kalatungan Falls, Bukidnon, Philippines
¿Cómo podemos juzgar a una música? ¿Hasta qué punto podemos emitir un juicio que es inmoral? En primer lugar consideramos las letras. Una canción / música es una especie de lenguaje. Una palabra es mala cuando se expresa el engaño, el insulto, la mentira, la blasfemia, etc., mientras una palabra es buena, ya que consuela, fortalece, informa, y edifica. Podemos decir, por tanto, que las canciones con palabras sucias u obscenas o que fomenten los valores negativos son esencialmente malas. Las letras obscenas o malas nunca nos alentarán a ser virtuosos. La segunda consideración sería la melodía y el ritmo. Algunos opinan que la música es principalmente un vehículo para comunicar emociones, mientras que la idea u el mensaje está en el segundo plano. Es verdad porque, aunque sin letras, una música puede inspirarnos a hacer oración o contemplación. Principalmente porque la música comunica emociones, su moralidad depende de los sentimientos que se transmiten, si son positivos y nobles o negativos. Aristóteles, en cierto modo, afirmó esto: "…hay que utilizar las melodías de carácter moral y las armonías del mismo tipo.[17]” Aristóteles mencionó explícitamente cuales son las desviaciones de las armonías y las canciones: las composiciones agudas y los tonos chillones. Parece que Aristóteles consideró a estos como desviaciones, no sólo porque son irritantes para los oídos, sino más bien porque se comunican las emociones negativas. Aristóteles admitió que la música puede procurar cierta cualidad de ánimo y que los que la oyen son influidos de modo distinto, es decir, que la música provoca en las personas unas reacciones emocionales. La música es, por tanto, esencialmente mala cuando se transmiten emociones viles o negativas: la ira, la violencia, el odio, el libertinaje, el caos, etc. Podemos decir también que la música que ayuda a profundizar en nuestra relación emocional con otros se considera moralmente buena. Una música buena, entonces, es aquella que nos lleva a disposiciones morales. Y, por último, consideramos también los instrumentos utilizados. Obviamente, Aristóteles no conocía nuestros modernos instrumentos: el piano, la guitarra, el órgano, etc. Entre estos instrumentos modernos, ¿cuáles son los que podrían ser considerados como inmorales? Debemos recordar las palabras de este gran filósofo cuando condenó la flauta: “La flauta no es un instrumento moral, sino más bien orgiástico de modo que debe utilizarse en aquellas ocasiones en las que el espectáculo pretende más la purificación que la enseñanza.”[18] Aristóteles identificó también otros instrumentos que no se deben usar en la educación de los jóvenes como la cítara porque para él, el tocar estos instrumentos resulta opuesto a la educación, por el hecho de impedir el uso de la palabra, y que estos instrumentos no ayudan en el desarrollo de la inteligencia. Por esta razón, Aristóteles, incluso desalentó la instrucción técnica de los instrumentos y su ejecución. También podemos decir entonces que los instrumentos musicales que no fomentan el conocimiento y no fomentan la virtud son inmorales. También podemos añadir que los instrumentos que no ayudan a conseguir la paz interior y no ayudan a desarrollar un alma armoniosa son inmorales.
Tinuy-an Falls, Surigao del Sur, Philippines
Somos conscientes del poder de la música. La música influye en las ideas y actitudes. La música puede edificar o destruir a un ser humano. Entendemos por qué Aristóteles pasó un tiempo para estudiar y explicar este asunto. El filósofo griego era consciente de que la música juega un papel decisivo en la formación del carácter de los jóvenes. Él sabía que la música puede transformar a un joven en una mejor persona virtuosa o en un monstruo. Aunque vivió aproximadamente dos mil trescientos años atrás, la mayoría de sus puntos de vista acerca de la música siguen siendo válidos hasta nuestros días.
El futuro de la cada civilización se encuentra en sus jóvenes ciudadanos. La mayoría de nuestros jóvenes están enganchados a la música. Pero la mayoría de las canciones que tenemos son destructivas. Algunos son capaces de subvertir el orden social, alentando a los niños a rebelarse contra sus padres y las instituciones establecidas, e incluso llamar a la ruptura de la tradición.
¿Qué podemos hacer? Ya que la censura sería considerada como una amenaza a la libertad de expresión, instamos a los padres, por lo tanto, que deben introducir a sus hijos a la buena música a su temprana edad. Ellos deben saber apreciar la buena música en esa etapa de su vida. Los niños deben ser educados en un ambiente que les proporciona ejemplos de nobleza y otras virtudes. La música puede ser una ayuda útil. Es un hecho innegable que la música tiene una profunda influencia en la formación del carácter. Por lo tanto, siempre debemos advertir a nuestros jóvenes que no todo lo que da placer es bueno. El placer es bueno cuando nos lleva a ser personas virtuosas.
Para mas información: http://www.esglesiabiblica.com/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=77
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