En las secuencias genéticas hay Elementos llamados "de transposición" (TE) o también son llamados transposones y que pueden saltar de cromosoma en cromosoma, el aumento de su propia frecuencia en el genoma, puede jugar un papel en el desarrollo de la esquizofrenia, de acuerdo con un estudio de la Instituto de Ciencias del Cerebro RIKEN en Japón publicado la semana pasada (2 de enero) en la revista Neuron.
Riesgo y recompensa. "Genes saltarines" (en la neurona verde) pueden ayudar a asegurar que cada cerebro sea único, y que también podría contribuir a los trastornos neurológicos como la esquizofrenia.
La esquizofrenia es hereditaria, lo que sugiere que tiene una base genética subyacente. La identificación de los genes tienen un papel importante en el desarrollo de la enfermedad, sin embargo, ha sido difícil . También se espera que los factores ambientales que aportar datos para comprender mejor este mal.
Recientemente, los investigadores revelaron que las células precursoras neuronales humanas son particularmente ricas en un TE común llamado L1. Además, encontraron que los niveles más altos de L1 correlacionados con la ocurrencia de trastornos cerebrales, incluyendo el síndrome de Rett (un trastorno relacionado con el autismo) y el síndrome de Louis-Barr la cual es una enfermedad neurodegenerativa. Ahora, al examinar el tejido cerebral de pacientes con esquizofrenia fallecidos, Tadafumi Kato, Kazuya Iwamoto, y sus colegas de RIKEN encontraron un aumento de 1,1 veces en L1, en comparación con los controles sanos. Otros trastornos mentales como la depresión mayor también se asociaron con L1 elevada.
Por otra parte, el equipo encontró que una infección viral en ratonas embarazadas podría conducir a un aumento en los niveles de L1 en el cerebro de sus hijos. Los resultados obtenidos de macacos infantiles también apoyaron la noción de que factores externos podrían provocar un aumento en el TE, y las células madre neurales extraídas de pacientes con esquizofrenia revelaron niveles más altos de L1.
Por supuesto, el equipo está lejos de haber establecido una relación causal entre el TE y la esquizofrenia". Ahora que tenemos varias confirmaciones de que esto ocurra en los seres humanos con diferentes enfermedades, el siguiente paso es determinar su dinámica que desempeñan, y si lo hay, cuales son con exactitud sus alcances", dice Fred Gage quien es el profesor adjunto de la Universidad de California, en San Diego, cuyo trabajo ha puesto de manifiesto el vínculo entre L1 y otros trastornos del cerebro.
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