25 de septiembre de 2013

Los mexicanos sabemos qué hacer pero no lo hacemos

ALGUNAS ENCUESTAS REVELAN QUE LOS MEXICANOS SÍ CONOCEMOS LA ÉTICA, POR LO QUE NUESTRO PROBLEMA DE CULTURA CÍVICA, MÁS QUE DE UN ASUNTO EDUCATIVO, SE TRATA DE UN POCO INTERÉS POR "SER DERECHOS"


Muchos de nosotros conocemos denuncias periodísticas sobre, por ejemplo, corrupción de políticos, pero estos siguen libres. Hemos leído columnas de analistas que revelan fenómenos que amenazan a la sociedad, pero estos no solo no se frenan, sino que en muchos casos se acentúan. Conocemos la complicidad de las autoridades con grupos criminales, sin embargo, nada pasa.

Las tradicionales manifestaciones políticas como las protestas, han dejado igualmente un generalizado desencanto: ahí están las marchas mundiales de los indignados, que no lograron revertir los rescates bancarios, o frenar los recortes a los beneficios sociales. Y entonces nos preguntamos, ¿De qué sirve votar? ¿Participar? ¿Derrocar gobiernos? Si la política en sí misma es cuna de lobos y siempre lo será ¿De qué sirve informarnos si parece imposible incidir tangiblemente, y terminamos deprimidos?

Más allá de una cultura política, es necesaria una cultura cívica. Pensar en el beneficio propio, pero también en el común. Esta última tendría qué inculcarse en la educación, tanto escolar como familiar, pero algo ocurre en la realidad, por lo menos en la de mi país, México, que está dominada por un egoísmo que es, por momentos, impenetrable —vemos por nosotros mismos, tal vez por nuestras familias, pero no más.

Con sus excepciones, me atrevo a afirmar que la mayoría en algún momento, hemos tirado basura en las calles, hemos dejado de respetar las reglas viales, observado y callado conductas reprobables en el transporte público, etc. La gandallés (el “yo primero”), se expresa en todas las manifestaciones sociales, desde la calle y el sistema de justicia, hasta el sector político y el empresarial. Pero a fin de cuentas la realidad que vivimos es un espejo, de nosotros mismos, en distintos niveles.

Comentarios en notas políticas de este medio, afirman que el ser humanos es naturalmente egoísta, y que eso no cambiará. ¿Pero realmente es así?
Los jóvenes y los medios

Lo que consumen los jóvenes en la televisión

Telenovelas 33.9%
Noticieros 23%
Deportivos 16%
Análisis político 0.40%

Lo que más consumen los jóvenes en el periodismo escrito

Deportes 31.90%
Nota roja policiaca 25.60%
Política 7.6%

Has participado en…

Alguna agrupación estudiantil / No 90.10%
Agrupación artística, deportiva o cultural / No 80.40%
Agrupación u organización Religiosa / No 90.70%
Agrupación Condominal, vecinal y de barrio / No 96.10%
En alguna Huelga / No. 94.30%
Protesta / No 93.80%

Sobre el sistema

Partido con el que se identifica más

PRI 28. 90%
PAN 17.10%
PRD 18.30%

“El 96.90% nunca ha pedido información al gobierno sobre el gasto en su municipio”

Es evidente que los jóvenes mexicanos no consumimos, ni procesamos, información política, no participamos ni creemos en ella. ¿Pero en qué creemos? ¿Valoramos el civismo?


¿Un soborno para un trámite de gobierno merece castigo? / 79% Sí

A las autoridades se les debe exigir cuentas / 83% Sí

Las leyes del país protegen a los poderosos / 71% de acuerdo

Es incorrecto:
Quedarse callado si le dan más cambio / Sí 80%
Meterse en la fila / Sí: 78%
No pagar el transporte si se puede / Sí 78%
Inventar una excusa para no quedar mal / Sí 66%

 No, los mexicanos no somos éticamente ignorantes, pues sabemos qué es lo correcto. Lamentablemente parece que en cualquier esfera y a cualquier nivel, priorizamos el beneficio propio, por sobre valores éticos y principios cívicos. Se trata pues de apropiarnos de nuestra conciencia, escucharla, y darle vida, para vivir mejor colectivamente. La cultura política solo tiene sentido cuando se acompaña de la práctica: de la responsabilidad ciudadana y el respeto a los otros.

(El mexicano es muy creativo. Octavio paz)



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