2 de octubre de 2014

INVESTIGACIÓN PROPONE LA INEXISTENCIA DE LOS POZOS NEGROS

Los agujeros negros han representado uno de los mayores misterios del universo. Ahora, la profesora Laura Mersini-Houghton, de la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, ha comprobado matemáticamente que los agujeros negros nunca pueden llegar a existir. Su trabajo no sólo obliga a los científicos a replantearse el espacio-tiempo, sino los orígenes del universo.


Durante décadas, se pensaba que los agujeros negros se formaban cuando una estrella masiva se colapsaba bajo su propia gravedad hacia un único punto en el espacio llamado singularidad. Una membrana invisible, conocida como el horizonte de sucesos, rodeaba esta singularidad. Cruzar este horizonte significaría nunca poder regresar, ya que es el punto en el que la atracción gravitacional de un agujero negro es tan fuerte que nada puede escapar.

La razón por la cual los agujeros negros son tan extraños, es que implican el enfrentamiento de dos teorías fundamentales del universo; la Teoría de la gravedad de Einstein, la cual predice la formación de los agujeros negros, y una ley fundamental de la teoría cuántica, la cual afirma que ninguna información del universo puede desaparecer jamás. Combinar estas dos teorías había resusltado hasta ahora imposible, por lo que se llegó a conocer como la paradoja de la pérdida de información.

En 1974, Stephen Hawking (quien aparece en la imagen de la izquierda) se basó en la mecánica cuántica para demostrar que los agujeros negros emiten radiación. Desde entonces, se han detectado señales en el cosmos consistentes con esta radiación, por lo que se identificó un gran número de "agujeros negros".



Mersini-Houghton (es quien aparece en la imagen a la derecha) concuerda en que el colapso de una estrella bajo su propia gravedad produce radiación de Hawking. Sin embargo, demuestra que al emitir dicha radiación también pierde masa, por lo que ya no tiene la densidad suficiente para convertirse en un agujero negro. 

En resumen, Mersini-Houghton establece que antes de que pueda formarse un agujero negro, la estrella moribunda explota. Por lo tanto, nunca se forma una singularidad ni tampoco un horizonte de sucesos. Y que de acuerdo con sus estudios no existen los agujeros negros. Muchos físicos y astrónomos creen que nuestro universo se originó a partir de una singularidad que comenzó a expandirse con el Big Bang. Ahora bien, si no existen las singularidades, tendrán que replantear sus ideas acerca del Big Bang. Quizá algún día se llegue a encontrar evidencia física de la existencia o inexistencia de los agujeros negros, pero por ahora, Mersini-Houghton asegura que las matemáticas son concluyentes.

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