26 de mayo de 2014

ANALFABETISMO CIENTÍFICO EN MÉXICO

México, al igual que diversos países en desarrollo, ha sido incapaz de desarrollar una cultura compatible con la ciencia, lo que nos ha llevado a acentuar el analfabetismo social de ésta, señaló Marcelino Cereijido Mattioli, investigador emérito del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN.

“Mientras que en el primer mundo se apoyan en la ciencia, en el tercero se habla de apoyarla, cuando que debe ser considerada como una necesidad.

“En México, los gobernantes piden paciencia a la comunidad científica, puesto que argumentan que primero deben resolverse problemas graves y urgentes, sin embargo en el mundo no existe ninguno cuya solución no esté relacionada con la ciencia”, agregó.

Manifestó que la mejor manera de resolver los problemas que ha forjado el ser humano es mediante la ciencia y la tecnología, y es en estos tiempos de crisis cuando más hay que servirse de ellas.

De acuerdo con el investigador, Premio Nacional de Ciencias y Artes, el Estado mexicano está convencido de que la mejor forma de ayudar a la ciencia es administrándola, “lo que nos obliga a trabajar mediante reglas administrativas y no epistemológicamente”.

Durante la inauguración del IV Coloquio Internacional sobre Darwinismo, presidido por el director de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Ramón Peralta y Fabi, y la presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, Rosaura Ruiz, el científico definió al analfabetismo científico como la incapacidad de interpretar la realidad a través de la ciencia.

Apoyarse. No hay problema en la humanidad que no halle solución en la ciencia y tecnología, enfatizó Marcelino Cereijido. Foto: Academia Mexicana de Ciencias

EVOLUCIÓN.
El también miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, expuso que en la sociedad como en la naturaleza, el éxito se basa en el establecimiento de modelos dinámicos para interpretar la realidad, en el caso del hombre el último desarrollado por él es la ciencia moderna. 

“Se piensa que sólo los científicos son capaces de interpretar la realidad, pero todas las especies en la naturaleza han evolucionado para hacerlo: si no fuera así éstas serían demasiado imbéciles como para sobrevivir”, puntualizó. 

Dijo que para el hombre estos modelos de interpretación han evolucionado también desde el momento en que adquirió conciencia, hasta el punto de prescindir de milagros y dogmas.

“Sin embargo, dentro de una sociedad como la nuestra esta comprensión de la realidad aún se basa en la versión católica del cristianismo, que atiende las revelaciones de dios antes que las explicaciones científicas”, añadió.

El modelo explicativo del clero, agregó, resulta inadecuado para interpretar la realidad, toda vez que lo importante no es entender sino aceptar un conocimiento originado por una revelación.

FUENTES DEL PROBLEMA.
El científico del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Cinvestav dijo que si bien tanto el gobierno como los dogmas influyen en el analfabetismo científico que impera en México, existen otros factores que intervienen en el problema.

Refirió que tal es el caso del papel de los líderes intelectuales del país, escritores, analistas, periodistas, políticos, entre otros, cuya opinión y voz es atendida por la sociedad.

“No obstante, el principio del analfabeta científico es el mismo para todos los sectores incluyendo a nuestros intelectuales: la ciencia es simplemente invisible”, apuntó. 

Otra de las fuentes del problema, añadió, es la clase empresarial que no puede considerarse como tal sino sólo como fabricantes sin interés de vincularse con la academia —recordando palabras del científico Leopoldo García Colín. 

“Alguna vez escuché decir que Carlos Slim era como el Bill Gates mexicano, y a la vez alguien replicó: la diferencia es que Gates aportó muchas ideas a la computación, Slim sólo sabe hacer negocios y comprar empresas”, recordó.

Una más de las fuentes de este analfabetismo se debe, señaló, a la forma de hacer divulgación científica y, aunque reconoció el esfuerzo de muchos, puntualizó que los divulgadores difunden la ciencia dejando de lado sus problemáticas, que deben formar parte del conocimiento de la sociedad.

“Con muchos esfuerzos, México ha logrado alcanzar una gran base científica, empero no hemos desarrollado aún una cultura compatible con la ciencia, y eso es una desgracia”, dijo.

Fuente:
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INVENTAN TRADUCTOR DEL DOLFINES

 Los investigadores podrían haber desarrollado un traductor del "dolfines" al Inglés que funciona en tiempo real, y para este verano podrán contar con un sistema de comunicación de dos vías.



En agosto del año pasado, Denise Herzing del Proyecto "Wild Dolphin" escuchó a un delfín decir "sargazo" (el cual es un género de algas que hay en esa zona). Dicho de otra manera: Al utilizar un prototipo de Audiencia y Telemetría para Cetáceos (por sus siglas en inglés "CHAT") se escuchó a un miembro de un grupo de delfines que eran estudiados en el caribe desde hace 25 años pronunciar esa palabra.


El sonido del delfín para designar a los sargazos era algo que Denise Herzing y su equipo descubrieron tras jugar con la vaina de esa planta, con la esperanza de que los delfines pudieran llegar a describir con los silbidos e incorporarlas en sus propios silbidos naturales. Así que cuando Herzing oyó la palabra "sargazo", en la propia voz de los miembros de aquellos cetáceos, fue emocionante explica a New Scientist. Además de escuchar los silbidos, las esperanzas del equipo por sostener una comunicación con fluidez con los delfines haciendo uso de su conocimiento a través del uso de algoritmos que fueron el resultado de estudios llevados a cabo en el Instituto Tecnológico de Georgia dieron finalmente con el descubrimiento de patrones que describen un análisis detallado de los silbidos de delfines, permiten por fin la extracción de las características de su idioma que de otro modo no sabríamos como interpretar. Después de todo, los delfines producen sonidos con frecuencias de hasta 200 kHz, o incluso hasta 10 veces más alto de lo que nuestro sentido del oído nos permite escuchar. El software analiza estos silbidos a través de datos y permite etiquetar sonidos nuevos o ya antes registrados. A continuación, se han llegado a extraer patrones potencialmente interesantes en conjuntos distintos de clics o por silbidos. El secreto es la repetición. Si los delfines sostienen un intercambio de información, surge a continuación, una conducta que ya no resulta ser tan impredecible. Las herramientas de este procesamiento de información podría incluso llegar a ser capaz de averiguar lo que esos patrones incomprendidos en el pasado dicen en realidad.



Al menos por ahora, el silbato que designa al sargazo era sólo una instancia que no se ha repetido. Además, el perfil de audio puede llegar a cambiar conforme a su intensidad con la que es emitido de a cuerdo a lo que los investigadores han llegado a enseñar a los delfines, de modo que el sonido en cuanto a la forma es el mismo pero se quedó en una frecuencia más alta. Sin embargo, durante el trabajo de ese mismo verano, los algoritmos de Starner descubrieron que hay ocho componentes diferentes en una muestra de 73 silbidos, y que los delfines han sido capaces de igualar ciertas partes de esos silbidos gracias a las enseñanzas de las madres dictadas a sus crías. Próximamente este verano: podrán confirmar la comunicación de dos vías entre los seres humanos y los delfines. El trabajo (asegúrese de que su volumen está activado) será presentado en la Conferencia Internacional sobre Acústica, el Habla y Procesado de Señal en Florencia en mayo.

Fuente:
http://www.newscientist.com/article/mg22129624.300-dolphin-whistle-instantly-translated-by-computer.html#.U4NvFPl5N8F
Para saber más visiten:
http://www.wilddolphinproject.org/about-us/leadership/