28 de octubre de 2013

La Juventud Moderna: Ni Ateos ni Creyentes

El nuevo ateísmo gusta de apropiarse del termino espiritualidad, generalmente para referirse a vagos sentimientos de “reverencia” o “éxtasis” ante la magnificencia del universo, pero nunca para presuponer la existencia de una realidad que es inaccesible, realidad ante la cuál la ciencia resulte impotente para “recorrer el velo” y conocerla. En términos del físico y filósofo francés Bernard d’Espagnat  "habría un velo que no puede ser entendido por la ciencia y que existe fuera del tiempo, el espacio y la sustancia."  De hecho, ello es totalmente contrario al espíritu de este blog (ver Aletheia/ Martin Heidegger), es decir, a la firme creencia de que en principio siempre es posible el proceso de “desocultamiento” de cualquier realidad.

Sin embargo, la postura de d’Espagnat es intuitivamente sostenida por muchos jóvenes que se autocalifican de “espirituales pero no religiosos”. Un buen porcentaje de ellos, incluso a pesar de descreer en la existencia de un Dios Personal, conceptualizan la espiritualidad de forma bastante diferente a la propuesta por el neoateísmo: como una “fuerza universal vital”, para implicar que existen dimensiones que simplemente no se pueden explicar con la ciencia ni con ningún otro medio (a veces incluidas las explicaciones religiosas), o la creencia en la existencia de una “esencia” o “ser espiritual” y por lo tanto el rechazo de que los seres humanos seamos entes puramente materiales.

Las nuevas generaciones parecen mayormente indiferentes a la dicotomía clásica entre creencia e increencia en Dios –teístas vs ateos- a la vez que desconfiados de las instituciones religiosas. Aunque aún creyentes en la inmortalidad del alma  dejan de lado la noción de la retaliación divina (en esta o en la otra vida) y del sádico castigo eterno.  ¿En qué o en quién creen entonces? Según parece, en que hay un propósito final que no puede ser revelado por la ciencia, o en que hacer el bien tiene un efecto trascendente. El Dios de los jóvenes no tiene trazado un plan de vida para cada uno de nosotros –ni designios misteriosos- quedando casi reducido a una flecha direccional en la evolución de la vida que apunta hacia un propósito final o superior que escapa a nuestra comprensión.  El planteamiento neo-ateísta de una realidad construida por efecto del azar, el principio antrópico, les resulta inaceptable, el naturalismo ontológico paradójicamente antinatural. 

En México

Las personas o grupos que buscan generar un cambio en la historia cultural son por lo general desconocidos y poco se sabe de sus aportaciones en el plano intelectual y artístico de un país.


El Ateneo de la Juventud mexicana fue una asociación civil que tenía como propósito erradicar la vieja forma de ver y pensar la cultura para verla como esencia de la educación y el desarrollo del país tomando como semillas de cambio a personajes como Antonio Caso, José Vasconcelos, Alfonso Reyes y Diego Rivera, por mencionar algunos. 


Fuente: http://luisgpope.blogspot.mx/2013/10/la-juventud-moderna-ni-ateos-ni.html

Para mas información completa: http://culturacolectiva.com/ateneo-de-la-juventud-jovenes-con-ideales-de-cambio/

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