"La Tercera Guerra Mundial debe fomentarse tomando ventaja de las
diferencias causadas por el "agentur" del "Illuminati" entre los
Sionistas políticos y los líderes del Mundo Islámico. La Guerra debe
conducirse de tal manera que el Islam (el Mundo Árabe Musulmán) y el
Sionismo político (el estado de Israel) mutuamente se destruyan.
Mientras tanto las demás naciones, una vez más divididas en este asunto
serán constreñidas en pelear hasta el cansancio total a nivel físico,
moral, espiritual y económico…Liberaremos a los Nihilistas y los ateos,
y provocaremos un cataclismo social formidable el cual con todo su
horror le enseñará claramente a las naciones el efecto del ateísmo
absoluto, el origen del salvajismo y la tribulación más sangrienta.
Luego, en todas partes, los ciudadanos, obligados a defenderse por
ellos mismos en contra del mundo de las minorías revolucionarias,
exterminarán a aquellos destructores de la civilización, y a la
multitud, desilusionada con la Cristiandad, cuyos espíritus en forma de
deidades no tendrán desde ese momento rumbo ni brújula, ansiosos por
un ideal, pero sin saber a dónde rendir su adoración, recibirán la
verdadera luz a través de la manifestación universal de la doctrina pura
de Lucifer, sacada por fin a la vista del público. Esta manifestación
resultará del movimiento reaccionario general que vendrá tras la
destrucción de la Cristiandad y el ateísmo, ambos conquistados y
exterminados al mismo tiempo."—Gral. Albert Pike, Masón 33°,
Fundador del Klu Klux Klan, Autor de Morales y Dogma en su Carta a
Mazzini, 15 de agosto, 1871. (Imagen: Codex Maggica, Texe Marrs).
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